Los dos crímenes que han estremecido la opinión pública durante la última década en Colombia por la forma en que fueron ejecutados por sus homicidas en Santander, fueron resueltos por los generales de la Policía Nacional Manuel Vásquez Prada y Yesid Vásquez Prada.
Los dos casos se presentan en similitudes y coincidencias especiales: las víctimas desaparecieron y luego fueron hallados sus restos enterrados.
No hay crimen perfecto, por eso dos expertos policías asumieron la investigación que llevó a la captura de los responsables en circunstancias parecidas con una diferencia de 10 años.
En junio del 2009, Johana Macías denunció ante las autoridades que su pequeño hijo, Esteban Alejandro, de 17 meses de nacido, había sido raptado por una mujer cuando salía de su casa en el municipio de Piedecuesta.
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Todo el pueblo salió en solidaridad a una marcha para exigir la liberación de Esteban Alejandro. Todos estaban vestidos de blanco, menos Johana Macías, ella tenía un vestido negro, ese fue el primer indicio de que ella podría ser culpable, aseguró el general (r) Yesid Vásquez, que para la época era el comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
El 17 de junio fue hallado dentro de una bolsa negra en un sector del Cañón del Chicamocha los restos del pequeño Esteban. Su progenitora lo había asesinado luego de que su esposo descubriera que no era su hijo porque Johana le había sido infiel.
Hoy, 10 años después, es Juan Guillermo Valderrama, quien denunció la desaparición en Bucaramanga de su novia, la chilena Elsy Amory Ojeda González, luego de haber discutido con ella porque le había sido infiel con otra mujer.
La experiencia del general Manuel Vásquez más los consejos de su hermano Yesid llevó a dudar sobre las declaraciones que realizaba Juan Valderrama ante los medios de comunicación.
“Tenía muchas incoherencias de tiempo, una vez dijo que desapreció el 29 de marzo, luego que fue el 31 de marzo, siembre hablaba muy nervioso, eso nos generó dudas de la verdadera historia, al final un testigo nos llevó al sitio donde estaban los restos de Ilse”, manifestó el general Manuel Vásquez, comandante de la policía Metropolitana de Bucaramanga.
Johana Macías y Juan Valderrama actuaron de la misma forma: denunciaron la desaparición de Ilse y Esteban, pegaron fotos buscando a sus seres queridos, se mostraban desvanecidos por los sucesos, lloraban y mostraban su preocupación, pero la realidad era otra, eso lo sabían los ‘sabuesos’ de la Sijín en la Policía. Johana y Juan eran los principales sospechosos y fueron capturados.
Johana Macías se encuentra en la cárcel de mujeres de Bucaramanga pagando una condena de 35 años de cárcel por el crimen de su hijo Esteban Alejandro, mientras que Juan Valderrama deberá responder en un juicio, donde podría ser condenado a 60 años de prisión por la desaparición y posterior muerte de Ilse Ojeda.
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