Rosadela enterraba a uno de sus hijos mientras tenía a otro internado en un hospital. Ese día, sorpresivamente, un joven la aguardaba a la salida del sepelio para darle el pésame y pedirle que le enviara una foto del ser querido que acababa de perder.
Con la imagen pintaron un mural en el cementerio y una semana después invitaron a la familia de Rosadela a un ritual, en el que sembraban un árbol por la muerte de Weimar. Desde ese momento, la madre que hacía duelo se enteró de que había un grupo de mujeres con las mismas heridas que se agruparon para sobrellevar juntas sus pérdidas.
El Partido de las Doñas es justo eso, una iniciativa que reúne a casi mil personas en Medellín, “doñas” y “doños” que quieren enviar un mensaje de no violencia a una ciudad que todos los días ve matar a sus jóvenes.
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“El Partido de las Doñas tiene un significado muy bonito; nosotras nos damos voz de aliento las unas a las otras, es contando nuestras historias, tejiendo, sembrando y haciendo muchas actividades y a partir de ahí minimizamos un poco el dolor que nos ha dejado la violencia”, dice Rosadela, quien se encuentra organizando su propio grupo para fortalecer la red en Villa Hermosa.
Lejos de aspiraciones políticas, esta colectividad lo que busca es afianzar lazos, llegar a barrios, colegios y universidades para alzar la voz y poner a reflexionar a los medellinenses para que se sigan salvando vidas.
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estamos haciendo la colcha de la memoria, sería nuestra bandera para decir no más violencia”, afirma la líder.
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Hace un año los hombres también entraron a formar parte del grupo.Actualmente, son unos 200 “doños” que se unen al sentir de esas mujeres valientes para ayudar a sanar una ciudad golpeada.
Conozca algunos de sus testimonios:
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