Científicos detectan un misterioso viajero en las profundidades del espacio interestelar
Las estimaciones preliminares de la ESA sugieren que el objeto podría tener un diámetro considerable, oscilando entre los 10 y 20 kilómetros
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El vasto lienzo del espacio nos regala constantemente nuevos misterios, y en esta ocasión, la Agencia Espacial Europea (ESA) anunció el descubrimiento de un objeto fascinante que podría reescribir nuestra comprensión de los visitantes cósmicos. Bautizado provisionalmente como A11pl3Z, este enigmático cuerpo celeste ha sido detectado cruzando nuestro sistema solar, y lo que lo hace particularmente intrigante es la posibilidad de que no sea un residente local, sino un viajero de las profundidades del espacio interestelar.
Detectado el 14 de junio, A11pl3Z ha capturado la atención de la comunidad científica. Si bien su naturaleza exacta aún espera confirmación por parte de la Unión Astronómica Internacional, la trayectoria y velocidad del objeto sugieren fuertemente un origen más allá de los confines de nuestro propio sistema solar.
Richard Moissl, el responsable de defensa planetaria de la ESA, ha brindado una perspectiva tranquilizadora. Moissl ha asegurado que, a pesar de su impresionante velocidad de hasta 60 kilómetros por segundo (más de 200.000 kilómetros por hora), no hay riesgo alguno de que A11pl3Z colisione con la Tierra. "Volará profundamente en el sistema solar, simplemente pasando en la órbita de Marte", explicó Moissl a la AFP.
La clave de su posible origen interestelar reside en su trayectoria. Según Moissl, sus movimientos indican claramente "que no está en órbita alrededor del Sol, sino que proviene del espacio interestelar y regresará allí". Esto lo diferenciaría de la vasta mayoría de asteroides y cometas que orbitan nuestra estrella.
Las estimaciones preliminares de la ESA sugieren que A11pl3Z podría tener un diámetro considerable, oscilando entre los 10 y 20 kilómetros. Si se confirma su naturaleza interestelar, este objeto se convertiría en el tercer objeto de este tipo que hemos logrado observar hasta ahora. Los dos predecesores que rompieron el molde fueron Oumuamua, detectado en 2017 y que generó una ola de especulaciones y estudios, y 2I/Borisov, avistado en 2019, que fue el primer cometa interestelar observado.
La confirmación de A11pl3Z como un objeto interestelar no solo añadiría un nuevo miembro a este exclusivo club cósmico, sino que también proporcionaría una oportunidad invaluable para estudiar de cerca materiales y formaciones de otros sistemas estelares, ofreciéndonos una ventana única a la composición de regiones remotas de nuestra galaxia. La expectativa crece mientras la comunidad astronómica espera la validación definitiva de este posible mensajero de las estrellas.