Ana María Reyes, psicóloga y directora de la fundación Sincronía, especializada en neurorretroalimentación, explicó en La Nube cómo identificar cuando niños y jóvenes hacen un mal uso de la tecnología al punto de que afecta sus relaciones personales y actividades diarias.
La fundación Sincronía, explica la experta, es una organización que ayuda al desarrollo y bienestar de la salud mental, y su objetivo principal es promover la técnica de neurofeedback o neurorretroalimentación, una técnica “que nos ayuda a regular los ritmos cerebrales, potencializando las actividades de cada órgano del cerebro”.
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Esto permite que las personas “estén funcionalmente más armónicos y las habilidades de atención, concentración, planeación y consecución de metas” se agudicen.
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Esta técnica es usada especialmente cuando “un muchacho, un adulto o un niño que se acoja a la tecnología de una manera exagerada deja de lado sus deberes, el compartir en familia y otros procesos de comunicación”.
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Explica Reyes que estas “son personas que nos están avisando que su sistema nervioso está debilitado de alguna manera”.
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También advierte que, en sí misma, la tecnología no es mala, “pues nos ayuda a miles de cosas”, pero recomienda a padres de familia “ser muy agudos en la observación de los hijos, alumnos o parejas cuando la tecnología está tomando muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana porque nos está avisando que nuestro sistema nervioso tiene alguna irregularidad”.
Amplió que el “uso de la tecnología indudablemente hace parte de la vida cotidiana”, pues saber usar dispositivos tecnológicos “es como saber manejar o caminar hoy en día”, por lo que cree que bien utilizada la tecnología “permite una gran autonomía a los niños”.
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“Los tutoriales de YouTube, por ejemplo, sobre todos los temas que quieras, sirve para autorregularse, diseñar estrategias (…) Los muchachos tienen una gran posibilidad, si son responsables consigo mismos, de hacer un buen uso de la tecnología”, dijo Reyes.
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Sin embargo, añadió, “si esa tecnología me aísla, me empiezo a relacionar por redes sociales y no personalmente, empiezo a mentir, a dejar de hacer tareas, ahí ya empieza a ser un problema”.
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