Las autoridades tunecinas también anunciaron un fortalecimiento de las patrullas terrestres y aéreas a lo largo de la frontera común con Libia, donde el caos político permitió prosperar a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Los ataques, registrados al amanecer, tuvieron por objetivo un cuartel del ejército, una comisaría de la policía y un puesto de la guardia nacional en Ben Guerdane, una localidad de 60.000 habitantes situada a escasos kilómetros de Libia.
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En un balance todavía provisional, los ministerios de Defensa e Interior señalaron que 28 yihadistas, seis guardias nacionales, un aduanero y un soldado murieron en los enfrentamientos. Al menos otros siete civiles perdieron igualmente la vida en circunstancias no precisadas.
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El número de extremistas implicados no fue precisado, pero las autoridades dijeron que había todavía operaciones "en curso para perseguir a los terroristas".
"Túnez está en el camino de la victoria contra estos grupos", proclamó el portavoz del gobierno, Khaled Chaouket, en la cadena de televisión pública Wataniya.
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