El ‘estupro electoral’ de Santos: columna de Óscar Montes
El panelista Óscar Montes habló sobre los recursos que no ha recibido Barranquilla para una nueva APP del río Magdalena.
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El presidente Juan Manuel Santos visita hoy a Barranquilla en plan de despedida, después de ocho años de permanecer en la Casa de Nariño. Siempre ha dicho el Jefe del Estado que Curramba lo trata muy bien y que aquí se siente como en su casa. La Arenosa lo "pechicha", a diferencia de otros ex mandatarios que se quejan, porque dicen que Barranquilla es una "novia esquiva".
La verdad es que Barranquilla ha tratado muy bien a Santos durante sus ocho años de Gobierno.
Buena parte de ese cariño tiene que ver con las promesas que Santos le hizo a los barranquilleros en sus épocas de candidato presidencial, en especial la que tiene que ver con la "recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena".
El Río para Barranquilla es vital. Somos una ciudad que depende del Río. El Río representa un valor estratégico inigualable. El Río nos permite ser productivos y competitivos.
Por eso la promesa de Santos de "recuperar la navegabilidad del Río Magdalena, para que sea otra autopista del país" caló tanto y tuvo tan buen recibo. Por esa razón esa promesa gustó tanto en los 199 municipios del país que viven del Río Magdalena.
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Pero por desgracia la navegabilidad del Río Magdalena seguirá siendo un sueño frustrado de la Región Caribe.
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Esta promesa tampoco la cumplió Santos. Como también incumplió la entrega del túnel de La Línea, otra obra de infraestructura vital para el centro del país.
Hoy la APP del Río se encuentra en una especie de limbo, que hace pensar que Santos terminará su segundo mandato el próximo 7 de Agosto sin definir este tema fundamental para la suerte de Barranquilla y de la Región Caribe.
En efecto, ni el Ministerio de Hacienda, ni el de Transporte, ni Planeación Nacional, han querido tomar cartas en el asunto, hasta el punto de que ni siquiera están garantizados los 2.2 billones de pesos que se requieren para la ejecución de las obras que permitan tanto la navegabilidad del Río, como la operación del canal de acceso al puerto de Barranquilla.
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Al parecer, los recursos están pero no existe la "voluntad política" que permita disponer de ellos. Esperamos que hoy en su visita a Barranquilla el presidente Santos exprese esa "voluntad política" y ordene a los despachos que tienen represados los recursos que los giren para que se pueda disponer de ellos.
"Prometer para meter y después de haber metido no cumplir lo prometido", es una definición clásica del delito sexual conocido como estupro, contemplado en el Código Penal, que los profesores de Derecho recitan con entonado acento.
Pues, bien al presidente Santos habría que decirle que cometió con Barranquilla un delito que podríamos llamar "estupro electoral", que consiste en que "prometió para meter y después de haber metido olvidó lo prometido". Es decir, prometió para ser elegido y una vez elegido, olvidó lo prometido.
Como la novia enamorada, Barranquilla creyó en su promesa de amor de recuperar la navegabilidad del Río Magdalena, pero a la hora de la verdad todo quedó en eso: promesas, solo promesas.
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