Policía inicia investigación para esclarecer secuestro de empresario barranquillero

Tras la liberación del empresario Rodolfo ‘Fito’Acosta, las autoridades anunciaron una investigación después que el empresario regresara por sus propios medios a su hogar, a bordo de un taxi que pagó, según dice, con dinero que sus captores le dieron.

Para los investigadores aún hay muchas dudas alrededor del particular caso de secuestro de este empresario barranquillero.

Acosta, dueño de la inmobiliaria Metroarea, declaró que, aparentemente, en un puesto de control de la Policía se inició su secuestro, sin embargo, el hombre iba a bordo de un automóvil blindado y podía ponerse en contacto con la institución, según explicó el general Mariano Botero Coy, comandante de la Policía Metropolitana.

Según el uniformado, el Gaula está uniendo las piezas para que la verdad salga a flote.

“Tres motocicletas con conos pueden formar un puesto de control, él habla de que lo paró una motocicleta. Aquí hay muchas dudas que se están investigando; si usted anda en un carro blindado, se sobreentiende el riesgo, él tiene acceso para llamar a la Policía, incluso a los comandantes, para que el registro se realice en un CAI”, indicó el comandante Botero.

Asimismo, aseguró que una vez la Policía tenga “algo completo” frente al caso, lo dará a conocer a la opinión pública.

Acosta había sido reportado como desaparecido el pasado viernes y autoridades aseguraron que se encontraba secuestrado, en un plagio que se habría perpetrado cuando el hombre se movilizaba en un vehículo junto a su esposa Katya Barrios.

Fue el alcalde de la capital del Atlántico, Alejandro Char, quien aseguró que se trataba de un secuestro e informó que un grupo de inteligencia del Gaula estuvo a cargo de las correspondientes investigaciones.

Tras ordenarse un ‘plan candado’ en la ciudad, para tratar de evitar que 'Fito' Acosta fuera sacado de la ciudad, la Policía Metropolitana de Barranquilla anunció la liberación luego de que el empresario llegara por sus propios medios a su casa, a bordo de un taxi que pagó, dice él, con dinero que sus captores le dieron.