En la madrugada del 18 de octubre de 1998, el grupo 'Cimarrones' del frente José Antonio Galán del ELN detonó una carga explosiva en el Oleoducto Central de Colombia en inmediaciones a la cabecera urbana del corregimiento Machuca, en Segovia, Antioquia.
La explosión causó que 30.000 barriles de petróleo bajaran por el rio Pocuné, donde los guerrilleros del ELN prendieron el combustible y esto produjo un incendio que arrasó con el pueblo. Los habitantes no pudieron escapar, ya que los guerrilleros volaron el puente que atravesaba el poblado, causando la muerte a 84 personas y dejando heridas a otras 30. La mitad de las víctimas mortales fueron niños.
Este jueves, después de 20 años, la delegación de paz del ELN, a través de su cuenta de Twitter manifestó: "continuamos empeñados en dialogar con los afectados y la comunidad doliente con la esperanza de subsanar las graves afecciones causadas. Reiteramos nuestra petición de perdón a las personas, familias y a la comunidad afectada. Esta voladura solo tenía como fin sabotear la infraestructura, el ELN, desde el día de la tragedia, ha reconocido la responsabilidad que le corresponde por falta de posibles medidas de prevención".
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La guerrilla agregó: "insistimos que los gobiernos han sido negligente para exigir a la empresa OCENSA su responsabilidad en la indemnización a las familias que perdieron sus seres queridos y bienes".
Cabe recordar que, después de esta masacre, un juez de Medellín profirió sentencia condenatoria por este crimen contra los miembros del comando central del ELN y que aunque la Procuraduría General de la Nación pidió condena de 40 años contra la cúpula, a la fecha las víctimas siguen esperando justicia.
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