"Lactancia materna y desarrollo sostenible", editorial de Ana Cristina Restrepo

Este es el Editorial de Ana Cristina: 

"Desde de hoy y hasta el 7 de agosto, el mundo celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, promovida por la WABA (‘World Alliance for Breastfeeding Action’), Alianza mundial para las acciones de lactancia, una red global consultora de la UNICEF, integrada por individuos y organizaciones dedicados a la protección, promoción y apoyo de la lactancia materna en el planeta.

Es bien sabido por todos que la lactancia materna es una fuente de nutrición para el bebé, pero poco o nada nos han contado sobre sus propiedades como forma de sustento sostenible, saludable, viable, no contaminante y no depredadora de recursos.

Permítanme compartir con ustedes, algunas de las posibles relaciones entre y la Lactancia Materna y algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

1. La lactancia materna enfrenta  la pobreza: amamantar es una forma natural y de bajo costo de alimentar a los bebés, es asequible para todo el mundo y no es una carga para el presupuesto familiar a diferencia de la alimentación artificial.

2. La lactancia materna exclusiva y continuada por dos años o más ayuda a preservar la buena salud y bienestar de los menores, pues proporciona nutrientes de alta calidad y una adecuada energía. Contribuye a prevenir el hambre, la desnutrición y la obesidad. La lactancia materna significa seguridad alimentaria para la niñez.

La lactancia materna mejora significativamente la salud, el desarrollo y la supervivencia de lactantes, así como el de las madres. Lactar no elimina el riesgo de cáncer de seno, pero sí lo disminuye.

3. La lactancia materna y la alimentación complementaria adecuada son indispensables para una educación de calidad, pues contribuyen de manera significativa al desarrollo mental y cognitivo, ayudan al aprendizaje desde la más temprana etapa de la niñez.

4. La lactancia materna es ideal en términos de preservación del agua potable y el saneamiento: la leche materna a demanda proporciona toda el agua que necesita un bebé, incluso en tiempos de verano. En cambio, la leche de fórmula requiere de acceso a agua potable, higiene y saneamiento.

5. La lactancia materna influye en el consumo de energías limpias: amamantar consume poca energía en comparación con la industria de producción de leche de fórmula. Lactar al bebé también reduce el consumo de agua, leña y otros combustibles en el hogar.

Aunque su práctica difiere en todo el mundo por cuestiones culturales, la lactancia materna debe ser protegida, promovida y apoyada, en particular para aquellas mujeres que viven en situaciones de pobreza y vulnerabilidad.

Nada de timidez ni de vergüenza: a lactar donde sea y cuando el bebé lo pida, no solo es la mejor bienvenida que le podemos dar al recién nacido… lactar también es otra forma de asegurar la sostenibilidad del mundo que lo acaba de recibir".