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La corporación ambiental Cornare le pidió a la Embajada de Colombia en Estados Unidos apoyo con ese Gobierno para adquirir el medicamento GonaCon con el que podrían castrar a los hipopótamos del Magdalena Medio y frenar su desmedida expansión sin tener que sacrificarlos.
El biólogo David Echeverri, coordinador de Bosques de Cornare, explicó que esta es una posibilidad que recién se conoce que podría funcionar, pero el medicamento no tiene casa comercial y solo lo produce el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
“Una especie de vacuna que se utiliza para generar la inmunocastración en animales silvestre solo la produce el Gobierno de Estados Unidos, lo que buscamos que nos la pueda producir asumiendo los gastos o no la pueden regalar”, indicó el funcionario.
La petición se hace porque sigue siendo una de las problemáticas ambientales por los más de 70 hipopótamos que hay entre la Hacienda Nápoles y el Magdalena Medio, ya que son animales que traen efectos negativos en el ecosistema. Algunos expertos aseguran que la eutanasia es una opción, ya que la castración y exportación son demasiado costosos.
En nuestro país los hipopótamos son una especie invasora, ya que la mayoría se encuentra en África. Ante la presencia de estos en el territorio, en promedio 50 en el Parque Hacienda Nápoles y otros 20 en la región del Magdalena Medio, los expertos calculan que se pueden presentar 15 nacimientos por año lo que significa otros 150 hipopótamos para el 2030 aproximadamente.
Óscar Jairo Orozco, director de la Hacienda Nápoles, señaló que los responsables de esta especie es el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Medio Ambiente, quienes deben decidir si esterilizar a los animales para evitar que se reproduzcan o exportarlos, las cuales son soluciones costosas, o la eutanasia que es el método más económico.
No sólo los costos preocupan a los expertos sino también la captura de estas especies.
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“Para castrar con captura incluida, el costo más alto unos 200 millones de pesos, pero promedio por individuo cerca de 120 millones de pesos, en cambio la eutanasia cuesta un millón de pesos”, dijo.
A esta problemática se suma, por un lado, el impacto negativo de la especie en el ecosistema pues el efecto de su orina en los afluentes causa riesgo a la actividad pesquera y contaminación del agua, pero a su vez se tiene la responsabilidad del cuidado de la fauna.
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