¿Sanciones para quien arroje chicles y colillas de cigarro a las calles?
Esa es la discusión que se está dando en el Concejo de Bogotá que pondría en cintura a fumadores.
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Andenes y calles con parches de gomas de mascar, colillas de cigarrillo en cualquier esquina, planta y fuentes de agua, es el común denominador por el que en el Concejo de Bogotá abrió el debate del qué hacer con los bogotanos que arrojan estos residuos en cualquier parte y surgió un proyecto sancionatorio.
En plenaria se aprobó el proyecto de acuerdo en el que se establecen mecanismos para que se logre una correcta disposición tanto de colillas como de chicles, en el entendido de la alta contaminación que se produce por estos materiales.Aguas de Bogotá las retiraron y solo ese trabajo habría costado 2.500 millones de pesos.
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Sanciones pedagógicas y comparendos ambientales se podrían imponer a quien arroje estos residuos a las calles y será el alcalde mayor quien apruebe la iniciativa.
Por su parte, el concejal Edward Arias de la Alianza Verde, relacionó que, entre la nicotina, el amoniaco, alquitrán y polonio que contienen los cigarrillos, sumado a derivados del petróleo, son el resultado de efectos cancerígenos que producen miles de muertes al año de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud.
En París, una persona que arroje colillas a la calle, paga una multa de 68 euros, en Calgary, Canadá, que es considerada la ciudad más limpia del mundo, quien infrinja la norma puede pagar hasta mil dólares, en Italia, hasta 500 euros, mientras que, en Singapur, comer chicle es un delito civil y hacerlo, acarrea una multa de hasta 65.000 euros y dos años de cárcel.