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A espera de 'una luz verde' sobre seguridad jurídica se encontrarían unas 700 empresas en el Atlántico que contarían con la capacidad de exportar a Venezuela, las cuales se desempeñan principalmente en áreas de salud, metalmecánico y eléctrico.
Sin embargo, entre el pequeño grupo que ha continuado desde el año 2008 en operaciones comerciales con el vecino país, se reporta un repunte en sus ventas a partir del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, tras la designación de Armando Benedetti como embajador de Colombia en ese territorio.
Efraín Cépeda, presidente de Intergremial Atlántico, señala que mientras el año pasado los movimientos binacionales generaron exportaciones por más de 350 millones de dólares, para este 2022 la cifra sobrepasó los 370 millones de dólares, lo que podría llegar —incluso— a los 1.200 millones de dólares a finales de año.
"Antes del año 2010, el comercio binacional fue de 7.200 millones de dólares en intercambio comercial. Hoy estamos sobre los 380 millones, siendo que el año pasado fue de 350 millones de dólares, lo que ha representado un aumento del 5%", dijo.
Además, Cépeda destacó que "atendiendo a la demanda comercial de un país como Venezuela, esperamos que a diciembre de este 2022 lleguemos a 1.200 millones de dólares en exportaciones, el próximo año a unos 2.300 millones y en cuatro años a más de 4.000 millones de dólares", expuso.
El propósito de vincular a estas empresas busca darles participación en la zona de exclusión económica que el gobierno de Gustavo Petro quiere implantar en puntos fronterizos de La Guajira, donde combatiría el contrabando con zonas francas libres de impuestos y de amplia oferta.
"Incluso se buscaría ampliar la participación en áreas de tecnología y manufactura, además de los sectores salud, metalmecánico y eléctrico que podrían estar interesadas bajo el cumplimiento de los requisitos de ley", señaló.
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¿Hay estabilidad jurídica para las empresas en Venezuela?
Rosmery Quintero, presidenta de Acopi, señaló que la intención de las empresas en querer involucrarse con el mercado venezolano va más allá de las "pretensiones", ya que uno de los puntos que deben quedar claros correspondería a la estabilidad jurídica que, un país como Venezuela, pueda otorgarles a micros, pequeñas y medianas empresas de Colombia.
"Estamos viendo algunas oportunidades tras el restablecimiento de las relaciones comerciales con Venezuela. Sin embargo, el mercado tiene que ser competitivo para sacar beneficio comercial y económico.
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Además, Quintero resaltó que "en cuánto a las condiciones de relacionamiento con el mercado venezolano, sabemos que aún hay mucho camino por recorrer en cuanto a institucionalidad y estabilidad jurídica de las inversiones que se pueden hacer".
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