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Denisse Polo, representante de derechos humanos de la Central Unitaria de Trabajadores en Atlántico, dio a conocer que en varios sectores de Barranquilla, como La Chinita, Rebolo, La Luz, entre otros, los delincuentes están usando a niños de primaria para ingresar la droga a los centros de educación.
Estos la colocan dentro de sus morrales para que, al pasar por el frente de docentes y policías, sean desapercibidos.
"Los niños pequeños llevan la droga a las instituciones, en sus mochilas, pasan delante de la Policía. Los muchachos están ahí, la Policía está ahí, pero cómo van a requisar a un niño", comentó Polo.
Explicó que la droga es entregada a los estudiantes que tienen mejor rendimiento académico, para que los profesores no sospechen de que estos podrían ser los distribuidores de los alucinógenos en los colegios.
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Manifestó que estos no suelen consumir la droga, que simplemente se encarga de venderla, lo que termina despistando más a las autoridades de la institución.
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