Ordóñez y Piedad: editorial de Óscar Montes noviembre 29
Editorial del periodista Óscar Montes en Vive Barranquilla.
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Difícil encontrar dos políticos tan distintos y tan parecidos a la vez. Los dos apegados a sus creencias, a sus ideologías, a sus resabios y a sus odios. Él extremadamente de derecha, ella extremadamente de izquierda. Él retardatario y godo como el que más y ella contestataria y locuaz hasta el delirio. Ante la opinión pública Ordóñez perseguía y Piedad era perseguida. Ambos quieren ser presidentes de Colombia. Él con la camiseta de una derecha radical y rezandera, ella con la de una izquierda aferrada a dogmas y a resentimientos sociales.
Alejandro Ordóñez y Piedad Córdoba son -desde distintas orillas- almas gemelas. No son el agua y el aceite. Son la cara y la cruz de una misma moneda. Recalcitrantes, dogmáticos, intolerantes, tercos, obstinados y manipuladores. Ambos convencidos de que la única verdad es la que sale de sus labios. No son antípodas: son el reflejo de una sola imagen. Los dos se miran en el mismo espejo, que apenas alcanza para cubrir su vanidad. Ordóñez y Piedad representan una Colombia que quisiéramos olvidar.
Mientras Ordóñez dice en la plaza pública que luchará contra la corrupción, se le olvida que el Consejo de Estado lo destituyó por corrupto. Mientras Piedad Córdoba arremete contra los ricos y contra su riqueza para reivindicar a los pobres, luce en sus manos exclusivos anillos de Chanel, se pasea afrentosa con bolsos de prestigiosas marcas europeas y hace sus llamadas telefónicas desde el último modelo de celular.
La verdad es que ni a Ordóñez le importa la corrupción, porque es un corrupto, ni a Piedad Córdoba le importa la pobreza, porque el régimen venezolano la tiene en su lista de protegidas. “Es una ´enchufada´ del castrochavismo, que nos pide que hagamos colas resignados mientras ella se llena el buche con platos exquisitos”, dicen en Caracas, quienes la oyen vociferar a grito herido que nadie quiere más a su pueblo que Maduro, el sátrapa que heredó la mezquindad y la maldad de Chávez. Ese es el gran amigo de Piedad.
Las elecciones presidenciales de 2018 tendrán todo tipo de candidatos, unos más cínicos que otros. Pero sin duda alguna Alejandro Ordóñez y Piedad Córdoba sabrán imprimirle la dosis de odio y de intolerancia con las que la galería tendrá material suficiente para divertirse. Los buenos circos necesitan de buenos payasos.