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El descenso en la llegada de clientes a las populares tiendas de Barranquilla tiene cabizbajos a los comerciantes, quienes no saben cómo hacerle contrapeso a las alzas de productos de la canasta familiar, lo que estaría disminuyendo notoriamente las ventas y ganancias de sus negocios.
Aseguran que, ante los incrementos que enfrentan en general los alimentos, ya ni el pan es una opción para el ahorro de sus compradores. Lo anterior estaría forzando los cierres de tiendas en la capital del Atlántica, a la vez que se da un problema de seguridad alimentaria.
Orlando Jiménez, vicepresidente de Undeco, asegura que en dos meses van 20 tiendas cerradas en Barranquilla por falta de compradores, quienes admiten que viven una dieta forzada provocada por la inflación.
"El consumidor a quien primero le reclama por el alto precio de los productos es al tendero. Es una situación que no es fácil. Hay muchas tiendas que al no poder comprar alimentos ya tienen que vender otro productos para alternar, por eso se están viendo amenazados en ventas", señaló Jiménez.
Los comerciantes solicitan al gobierno una intervención, ante el panorama económico, con ayudas para quienes no tienen con qué comprar alimentos.
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