Columnas descubiertas, invadidas por la maleza y lotes abandonados, hacen parte del panorama en la mayoría de los terrenos donde antes funcionaban 22 colegios de Santander, que desde el 2016 empezaron a ser demolidos o declarados en alto riesgo, para construir nuevas plantas, pero las obras no avanzaron
“Es un desperdicio ese lote ahí, mis hijas estaban ahí antes de que decidieran tumbarlo y debieron no haberlo tumbado si iban a hacer eso la verdad”, expresó Leonor Durán, madre de estudiantes afectadas
Con el retorno a la presencialidad, mediante el modelo de alternancia, el próximo 21 de julio en Santander, más de 18.000 estudiantes no tienen colegio a donde asistir.
“Pero cuál alternancia si aquí lo que tenemos es un elefante blanco, un lote vacío donde hoy los niños no pueden venir a estudiar, cuál alternancia si no hay campo a donde venir a estudiar los niños”, manifestó Eliceo Morales, veedor ciudadano.
Las obras por más de $20.000 millones, fueron adjudicadas a un contratista por parte del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa del Ministerio de Educación, sin embargo, los trabajos se paralizaron afectando también a más de 300 contratistas entre ingenieros y obreros.
“Jugaron con nuestro empeño de trabajo. La verdad nos debe lo que es la liquidación, nos botaron como si fuéramos unos animales”, expresó Rodrigo Espino, obrero de contratista a cargo de colegios.
La alcaldía de Bucaramanga, ciudad con 4 colegios intervenidos, pidió respuestas al Gobierno Nacional.
“Aquí hago un llamado al Fondo de Infraestructura, FFIE, para que le informe al país quiénes son los contratistas que en este momento no están cumpliendo con sus obligaciones”, indicó la secretaria Rueda.
Retomar las obras, según advierten los expertos, requerirá de más recursos por los sobre costos que ocasionó la parálisis en los trabajos.
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