En el Hospital Local del Norte permanece un menor de nueve años que resultó gravemente quemado con pólvora cuando manipulaba totes.
El niño había llegado al centro asistencial con pérdida de dos de sus dedos de la mano izquierda, sin embargo, la madre del menor, Katherine Díaz, confirmó que por la gravedad de la quemadura su hijo perdió otro dedo y además tiene comprometido uno de sus ojos.
“Pidiéndole a Dios que el niño no vaya a perder el ojo es lo que primeramente le pido a Dios”, dijo la mamá del menor.
Aunque la versión que la madre les entregó a los médicos al llegar al hospital fue que la lesión había sido producto de una caída, los profesionales identificaron que la herida correspondía a una quemadura.
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“Inicialmente refiere que presenta una lesión en mano izquierda por caída, inmediatamente los médicos se percatan que no es una caída que eso corresponde una lesión por quemadura”, informó Fabián Céspedes, coordinador Médico del Hospital del Norte.
La Alcaldía de Bucaramanga reportó el caso al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
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“Nosotros hacemos una investigación epidemiológica, pero obviamente también hay autoridades que hacen las investigaciones de orden de las responsabilidades que se tienen especialmente con los cuidadores de estos menores”, manifestó Juan José Rey, secretario de Salud de Bucaramanga.
La Madre insistió en que se trató de un descuido suyo y que el niño encendió la pólvora que un joven le entregó.
“Se sabe que un niño de 16 años tiene más conocimiento que un niño pequeño y que sabía lo que le estaba entregando también al niño que casi le pudo haber costado de la vida al niño”, dijo Katherine Díaz.
En lo corrido del mes de diciembre, en Bucaramanga se han registrado cuatro personas quemadas con pólvora tres de ellas son menores de edad.
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