Cien años y toda una vida entregada a Dios cumplió el obispo emérito José de Jesús Pimiento, el cardenal que, ahora, es el más longevo de la iglesia católica en el mundo.
Con una memoria intacta, aseguró que ha recibido la orientación espiritual de siete papas. Su experiencia lo llevó a decir que cumplir un siglo de vida es una bendición de Dios.
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“100 años son dones de Dios (…) Dios está vivo y sigue llevándonos de su mano para su reino”, dice.
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El cardenal fue ungido como obispo cuando era muy joven, a la edad de 36 años. Aseguró que aceptó por obediencia al papa Pío XII. Primero fue auxiliar de Pasto en Nariño, después llegó a Montería en el departamento de Córdoba, luego estuvo en Garzón y por último llegó a Manizales.
Para sus amigos y familiares, el obispo se ha convertido en un maestro y un ejemplo de bondad. “Es una persona muy cuerda, expresiva, es un profesor para nosotros”, afirma Eduardo Niño, amigo del obispo.
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Esta semana el obispo emérito José de Jesús Pimiento, a pesar de sus 100 años, viaja de Bucaramanga a su pueblo natal, Zapatoca, para recibir varios homenajes de sus feligreses. Allí nació el 18 de febrero de 1919.
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