
El yogur es un infaltable en la mayoría de hogares colombianos. Su versatilidad lo convierte en protagonista del desayuno, acompañante de meriendas o ingrediente clave en recetas más elaboradas.
Sin embargo, un problema frecuente en las neveras es que este producto lácteo suele vencerse antes de ser completamente consumido.
Al respecto, la ingeniera de alimentos reveló un truco casero que permite conservarlo hasta dos meses sin perder su sabor ni valor nutricional.
La ingeniera Montse Meléndez, reconocida por compartir consejos prácticos para evitar el desperdicio de alimentos en redes sociales, explicó en un video viral por qué muchos están almacenando mal el yogur, y qué hacer para extender su vida útil significativamente.

Los errores que comete al conservar el yogur en la nevera
“El yogur normalmente dura entre una y dos semanas en el refrigerador, pero si lo almacenas correctamente, puede mantenerse en buen estado hasta ocho semanas”, aseguró Meléndez.
Uno de los errores más comunes, según la experta, es conservarlo con la tapa de aluminio original.
Cuando dejas la tapa de aluminio, los residuos que quedan en ella tienen más contacto con el oxígeno. Esto favorece la proliferación de bacterias que pueden contaminar el resto del producto
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Además, hizo énfasis en no alarmarse por el líquido que a veces se acumula en la parte superior del yogur. “Esa agua no significa que esté dañado. Es un suero natural que se separa por los cambios de temperatura. Solo debes revolverlo bien antes de consumirlo”, agregó.
¿Cómo conservar el yogur para que dure hasta dos meses?
Pero el verdadero truco para conservar el yogur hasta por dos meses está en el congelador. Melendez recomienda congelarlo directamente en su envase original. Al descongelarlo, el yogur puede presentar una textura grumosa o granulosa, por lo que sugiere usarlo en preparaciones como batidos, aderezos o salsas.
Especialistas en seguridad alimentaria coinciden en que esta práctica es efectiva, siempre y cuando se mantenga el producto bien cerrado y a una temperatura constante entre 1 °C y 4 °C. La exposición mínima al oxígeno y la acidez natural del yogur actúan como conservantes, frenando la proliferación de microorganismos.
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Eso sí, antes de consumir un yogur almacenado por tanto tiempo, es fundamental revisar su apariencia, olor y sabor. Si presenta moho, cambios de color o aromas desagradables, lo mejor es desecharlo.