La voleibolista trans Emiliana Castrillón, cuya participación en la Liga Antioqueña de Voleibol Femenino fue puesta en duda, se mostró "contenta con esta decisión de la corte" que parece reafirmar su derecho a competir. Su caso, que involucra su identidad como deportista trans, ha sido catalogado como "apasionante" y refleja una discusión con "matices, no es una discusión en blanco y negro" que está presente en muchos países del mundo.
Emiliana explicó que la reciente resolución legal es el resultado de un largo esfuerzo investigativo. "Pues es que la decisión yo ya la yo ya la tenía como clara, porque esto es un proceso que lleva hace más o menos un año y fue pues como más temas de investigación, más temas de conocer y ampliar, pues como eso no es tan común. Entonces los encargados se encargaron se encargaron pues como de investigar a profundidad pues directamente el caso y pues por algo fue que se tomó directamente la decisión".
La trayectoria deportiva
El camino de Emiliana en el deporte ha sido extenso, compitiendo en categorías femeninas desde 2015, es decir, durante casi 10 años. Su proceso de transformación, que incluyó la terapia hormonal, comenzó mucho antes, en 2013, cuando tenía 14 o 15 años.
Desde sus inicios, contó con el apoyo familiar a pesar de algunas dudas iniciales. "Al principio pues tuve pues como el apoyo de mi familia, yo tenía pues como algún tipo pues de dudas y todo ese tipo de situaciones, pero pues yo ya tenía muy claro lo que quería pues como ser a un largo plazo, a un futuro". La deportista siempre compitió en la categoría femenina, entrenando en varios clubes y equipos de voleibol del departamento de Antioquia hasta ingresar a la universidad en 2023.
Fue el año pasado cuando surgió "la novedad" con la Liga de Antioquia, cuando "de un momento a otro dijeron que no" a su participación. Emiliana aclaró que desde 2016 participaba en los torneos de la liga y "nunca había tenido problemas".
Denuncias de ventaja competitiva
La razón por la cual surgieron los problemas ahora, según Emiliana, radica en la competencia directa y el descontento de equipos que antes la tenían como aliada. "Normalmente se quejan los equipos con los que yo también ya había participado. Un ejemplo, es un ejemplo. Estuve jugando con Medellín, un ejemplo, y como ya este año yo estoy participando es con el Politécnico Medellín se está quejando de porque ya no estoy jugando con ellos es un ejemplo".
Sin embargo, Emiliana desmiente rotundamente poseer una ventaja competitiva inherente. Argumenta que si bien podría tener ventaja sobre "una persona que apenas está empezando o una persona que de pronto tiene visión de juego y no entrena la intensidad como la entreno yo", existen jugadoras mucho más fuertes, experimentadas y físicamente superiores a ella.
"Yo tengo jugadores y tengo, perdón, tengo compañeras y tengo amigas mucho más grandes que yo. Le pegan muchísimo más duro al balón y tienen mucha más experiencia que yo".
Además, subraya que el deporte en niveles altos requiere dedicación constante: "Si uno se dedica un ejemplo, a entrenar de lunes a domingo, de lunes a viernes, obviamente entrenas porque quiere mejorar". Rechaza la idea de compararse con atletas en iniciación o con quienes practican el voleibol "por hobby", ya que a ella le gusta "competir con mujeres que tengan de pronto" un alto nivel.
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