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El encuentro arrancó con un ritmo de relativa intensidad que revelaba la ambición de ambos equipos por alcanzar un resultado favorable. Gradualmente Blooming tomó la iniciativa, dominando el balón y presionando a la visita.
A los cinco minutos los locales perdieron la oportunidad de abrir el marcador después de que Joselito Vaca estrellara un balón en el travesaño, tras servir un tiro libre.
Los rojiblancos mostraron que no habían llegado para especular y pese a que presentaban falencias en el medio terreno, elaboraron también algunas incisivas jugadas de peligro sobre el arco del portero Hugo Suárez, que respondió con solvencia.
Los locales cedieron terreno y abandonaron la presión, lo que aprovechó Junior para poblar el medio campo, buscando sacar ventaja a la velocidad de sus jugadores.
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A los 22 minutos, los colombianos se pusieron al frente mediante Roberto Ovelar, que lanzó desde fuera del área un violento disparo que esta vez dejó sin respuesta al arquero Suárez.
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La principal falencia de los locales fue la falta de precisión para completar los pases o terminar las jugadas de riesgo que creó a lo largo del juego.
Un poco más tarde, Junior perdió una magnífica oportunidad para ampliar el marcador en una jugada servida por Roberto Ovelar, que Edison Toloza no pudo resolver en un mano a mano con el portero boliviano.
La creación del fútbol de los colombianos colombiano pasaba por los pies de Ovelar, que con su habilidad ponía en evidencia la debilidad de la zaga bloominista.
Precisamente para frenarlo, el estratega celeste Mauricio Soria sacó de la cancha al mediocampista Roly Sejas y ordenó el ingreso de Juan Pablo Alemán.
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Cuando se esperaba que en el segundo tiempo los locales recobraran la iniciativa, los colombianos golpearon por segunda vez. A los 51 minutos, Edison Toloza conectó con pierna derecha un preciso centro que Vlamimir Hernández envió desde el costado izquierdo a la boca del área pequeña.
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Junior mostró superioridad técnica y táctica. Practicó un fútbol sobrio y sencillo, aunque perdonó en varias ocasiones a un Blooming desordenado, desorientado e ineficiente y con una defensa que mostraba serias falencias.
Al concluir, Pablo Salinas tuvo la oportunidad de acortar la diferencia para el local, pero nuevamente pecó de ineficiencia.
El resultado representa el primer paso del equipo colombiano en su aspiración de continuar su ascenso en el torneo, ya que esperará con más tranquilidad el partido de vuelta, que se jugará en Barranquilla en septiembre, después del receso por las eliminatorias a Rusia-2018.
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