En momentos en los que inician las negociaciones del salario mínimo para el año 2019, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Bedoya, señaló que lo que haga el Gobierno con la ley de financiamiento y, en particular, con el tratamiento al IVA de la canasta básica familiar, influirá notoriamente en el impacto real de cualquier incremento salarial que se defina o se decrete.
“La discusión entre un 19 % más (de IVA) para los alimentos y un incremento del salario mínimo del 4 o 5 %, en función de los datos que nos presente en números el Gobierno, puede terminar generando un encontrón en materia de consumo y, por supuesto, los riesgos que existen en materia de mayor informalidad laboral”, indicó Bedoya.
Frente a la propuesta del senador Álvaro Uribe de hacer un incremento extraordinario superior al 8 % al salario mínimo, Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, se mostró en contra por la informalidad que causaría.
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“Según el Banco de la República, eso podría destruir 180.000 empleos formales. Bueno, algunos dirán que los empleos formales son 8 millones, entonces eso no es mucho. Sí es mucho”, explicó Montenegro.
Fue precisamente la informalidad el tema central del panel gremial adelantado dentro del Congreso de Asocajas, en Cartagena.
Los gremios coincidieron en señalar que una de las causas de este problema es el alto costo que las empresas y trabajadores se formalicen. Esto por cuenta de impuestos, trámites y requerimientos mínimos de funcionamiento que llegan a convertirse en obstáculos para lograr la formalidad.