La fundación Paz y Reconciliación (Pares) encendió las alarmas sobre el riesgo que enfrenta el país de cara a las elecciones de 2026, en medio del avance de grupos armados y la reducción de la cooperación internacional para la observación electoral. En entrevista con Mañanas Blu 10:30, la subdirectora de la organización, Laura Bonilla, advirtió que el escenario actual combina un incremento sostenido de la violencia político-electoral, debilitamiento institucional y disputas territoriales que pueden afectar el ejercicio democrático.
Bonilla recordó que este fenómeno no es nuevo: “Desde 2019 veníamos advirtiendo que la violencia político-electoral estaba al alza. En 2022 y 2023 también se registraron más eventos de lo habitual”, señaló, al subrayar que el país enfrenta hoy “unas elecciones muy mediadas por la acción de grupos violentos”.
Pese a ello, la subdirectora descartó que exista posibilidad real de aplazamiento: “Elecciones vamos a tener. Colombia ha sabido votar incluso en sus peores momentos de violencia”, afirmó.
Menos cooperación internacional y una vigilancia electoral debilitada
Uno de los puntos más sensibles es la disminución de la cooperación internacional destinada a la observación electoral, un factor clave para la transparencia democrática. Bonilla explicó que incluso la Misión de Observación Electoral (MOE) enfrenta limitaciones serias:
“Podemos no tener la capacidad de hacer ese monitoreo en tiempo real que lograba la MOE con un despliegue impresionante”, advirtió.
Según la subdirectora de Pares, esta reducción se debe a un desinterés global por la promoción de la democracia: “Hoy la democracia no está en el interés de los países desarrollados”, afirmó.
Zonas críticas y presencia armada: preocupación por Cauca, Caquetá y Guaviare
Bonilla descartó que exista una correlación directa entre cultivos de coca y riesgo electoral, pero sí identificó regiones donde la presencia armada afecta el proceso democrático.
“En Antioquia, sin cultivos ilícitos, hay un riesgo alto por el control territorial del Clan del Golfo”, explicó.
Agregó que departamentos como Cauca, Caquetá y Guaviare enfrentan amenazas explícitas de las disidencias lideradas por Iván Mordisco: “Atacar las elecciones es una manera de mostrar fuerza; es un mango bajito para confrontar al Estado”, aseguró.
Debate por los bombardeos y violación del DIH
Sobre los recientes bombardeos a campamentos de disidencias, Bonilla fue contundente:
“El Derecho Internacional Humanitario se violó claramente”, afirmó, tras señalar inconsistencias en la versión oficial. Para ella, los resultados operativos no justifican la muerte de 15 menores reclutados forzosamente: “No obtuvieron una victoria contundente… no es un gran objetivo militar”.
Por último, también cuestionó la efectividad de esta estrategia: “Los bombardeos no han mostrado ser eficaces. En el gobierno Duque las disidencias de Mordisco crecieron 150%”, recordó, insistiendo en que el país enfrenta un actor distinto a las antiguas Farc y requiere inteligencia más sofisticada.
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