Revelan grave problema que tienen carros eléctricos en Colombia; frena a muchos conductores
Colombia tiene como meta contar con 600.000 vehículos eléctricos para 2030.
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Colombia atraviesa un momento clave en la adopción de la movilidad eléctrica. Durante el primer semestre de 2025, las ventas de vehículos electrificados superaron a los diésel con un total de 33.921 unidades, según datos del Runt.
El crecimiento ha sido especialmente notorio en los carros totalmente eléctricos, que registraron un aumento interanual del 203 %, rondando las 8.000 unidades comercializadas en ese periodo.
Las cifras confirman la tendencia: la movilidad eléctrica deja de ser marginal y se proyecta como parte fundamental del mercado automotor en los próximos años. Sin embargo, este avance convive con un obstáculo que podría frenar su consolidación.
Un informe conocido por Blu Radio de Arches, asegura que actualmente por cada 33 vehículos eléctricos en circulación en Colombia solo existe un cargador público disponible.
Según esas cifras, se evidencia un rezago en comparación con otros países de la región y con potencias en movilidad eléctrica como Estados Unidos, Noruega o China, donde la expansión de la infraestructura ha ido de la mano con el aumento de ventas.
De acuerdo con cifras de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y Eninrac, hacia finales de 2024 en América Latina se contabilizaban 18.594 estaciones de carga pública.
Sin embargo, el 92 % de ellas estaban concentradas en Brasil, México y Chile, dejando a Colombia con una red aún limitada y centralizada en pocos núcleos urbanos.
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La experiencia de los países líderes muestra la importancia de la infraestructura en la transición energética. En Brasil, el número de cargadores públicos supera los 12.700; México planea duplicar su red a 2.200 puntos de conexión en 2025; y Chile registró un crecimiento del 293 % en un solo año, llegando a 1.668 estaciones.
En contraste, Colombia todavía enfrenta un déficit que podría dificultar el paso de los compradores iniciales al mercado masivo.
El caso de Estados Unidos ilustra el impacto de políticas públicas e inversión privada: allí, la red de cargadores rápidos pasó de 40.000 en 2023 a más de 50.000 en 2024, impulsada por programas federales como la iniciativa NEVI, con recursos por 5.000 millones de dólares.
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La Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica en Colombia ha fijado dos metas concretas: contar con 600.000 vehículos eléctricos para 2030 y disponer de 6.000 cargadores públicos en 2026.
Para cumplir con estas proyecciones se necesitarán inversiones significativas en corredores de carga rápida que conecten las principales ciudades, estaciones en centros urbanos de alta demanda y soluciones que integren energías renovables.
El plan también abre la puerta a oportunidades en reciclaje de baterías, almacenamiento modular y alianzas estratégicas con empresas internacionales que ya han iniciado su expansión en América Latina.
Especialistas en el sector han señalado que esta brecha en infraestructura no solo representa un riesgo, sino también una oportunidad para quienes actúen temprano.
“Colombia tiene el capital y la ambición. Latinoamérica está siendo moldeada por Brasil, México y Chile. Esperar es perder la oportunidad de liderar”, afirmó Maxime Jean, director de Arches Bogotá.
La necesidad de estaciones de carga en centros comerciales, edificios de oficinas y proyectos residenciales también empieza a despertar interés en sectores como el inmobiliario y el de estaciones de servicio, que buscan reconvertirse en puntos de conveniencia y logística.
Hiroki Kato, CEO de Arches, explicó que “la información lo es todo en mercados que se mueven rápido como la infraestructura de carga. Quienes combinan conocimiento local con inteligencia en tiempo real obtienen una ventaja competitiva”.
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El crecimiento de los carros eléctricos en Colombia es evidente, pero la falta de cargadores se ha convertido en un desafío central para consolidar la transición. La demanda avanza con rapidez, mientras la red de infraestructura todavía no acompaña ese ritmo.