Conducir es una de las actividades más peligrosas, así como lo refleja la Agencia Nacional de Seguridad Vial, donde los accidentes de tránsito aumentaron en un 18 % en comparación con el año 2022. Accidentes que pudieron haber sido evitados en muchas ocasiones si se hubiera contado con la preparación adecuada o no se cometieran imprudencias en las vías.
Si se hiciera una revisión real de las personas que tienen su licencia de conducción, es posible que cientos de conductores se queden sin poder volver a hacerlo, ya que son muchos los que generan a diario situaciones que, además de afectar la movilidad, ponen en riesgo a diferentes personas.
Es por eso que nace la pregunta si existe alguna edad específica para empezar a conducir, en la que se tenga la madurez adecuada para comportarse de la forma en la que las vías lo exigen para convivir en armonía.
Estadísticamente, según señala el portal Kia.com, la edad más adecuada rodea los 18 años, ya que es en este momento de la vida cuando las personas absorben más fácil información y se espera que tenga cierta madurez para comportarse acorde al inicio de la adultez.
Sin embargo, como cada persona es diferente, por supuesto la madurez es un concepto relativo.
Empezar a una edad temprana es importante por la capacidad cerebral que tienen los seres humanos en su juventud, ya que durante las primeras tres décadas de vida, se facilita el aprendizaje de diferentes disciplinas, pero esto no asegura que su comportamiento sea el adecuado o acorde a las necesidades de estar frente al volante.
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Pueda que manejar se resuma a una acción mecánica, en la que acelerar, frenar, cambiar de marcha o girar al volante, parezcan acciones sencillas, pero el verdadero reto está en ser prudente todo el tiempo, ya que no solo se juega con la vida de quienes van en el carro, sino con la de los peatones, los otros conductores y demás actores viales.
Aunque en los diferentes países, únicamente es necesario cumplir la edad y aprobar un examen, para intentar conducir un carro existen algunos factores a tener en cuenta, como la capacidad de toma de decisiones del joven o la persona, ya que la diferencia radicará entre conducir mirando el teléfono, con unos tragos en la cabeza, acelerando de más, o simplemente hacerlo de forma tranquila y respetosa en la vía.
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