La curiosa razón por la que recomiendan abrochar cinturones traseros aunque no vaya nadie
El uso correcto del cinturón de seguridad puede reducir el riesgo de muerte en un 50 %.
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La seguridad es un aspecto fundamental para muchos compradores, tanto, que lo primero que buscan sea eso por encima de precio, diseño, fiabilidad o marca. Es por eso que hay organizaciones que ponen a prueba este aspecto en los carros para darles un puntaje y nombrarlos como los más seguros en el mundo.
En la mayoría de los casos, los cinturones de seguridad traseros solo se abrochan cuando hay pasajeros ocupando esas plazas. Sin embargo, algunas autoridades en seguridad vial están recomendando un hábito poco común entre los conductores: dejar los cinturones traseros siempre asegurados, incluso cuando no hay nadie sentado en esos asientos.
¿El motivo? Va más allá de proteger a los ocupantes: tiene relación con la forma en que el vehículo reacciona en caso de accidente. Una explicación técnica permite entender por qué esta medida aparentemente innecesaria puede tener un gran impacto en la seguridad del habitáculo.
Según la Dirección General de Tráfico (DGT), en un accidente puede producirse lo que se conoce como el “efecto elefante”, expresión que hace referencia a la fuerza que genera el cuerpo de una persona sin cinturón de seguridad al ser lanzado hacia adelante durante una colisión.
A una velocidad de 60 km/h, un cuerpo de 75 kilogramos puede golpear el asiento delantero con una fuerza equivalente a 4,2 toneladas.
Este principio físico no solo aplica a las personas. En situaciones de impacto o frenazos bruscos, el equipaje que se transporta en el maletero puede sufrir una proyección similar.
Si el respaldo de la banca trasera cede por efecto del peso lanzado hacia adelante, los objetos pueden ingresar con violencia al habitáculo, lo que aumenta el riesgo de lesiones para los ocupantes delanteros.
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Ante este escenario, se recomienda abrochar los cinturones traseros aunque los asientos no estén ocupados. De acuerdo con la DGT, esto ayuda a mantener el respaldo más firme, ya que los cinturones actúan como puntos adicionales de sujeción.
En caso de que el peso del equipaje presione contra la parte trasera del asiento, los cinturones pueden contribuir a evitar que se desplome hacia adelante.
Incluso cuando el maletero esté vacío, mantener esta práctica puede ofrecer una mayor estabilidad estructural en caso de colisión. Es una acción simple que refuerza la seguridad pasiva del vehículo y que podría reducir el impacto de ciertos accidentes.
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En pocas palabras, abrochar los cinturones traseros sin pasajeros a bordo se convierte en una forma preventiva de protección, no solo para quienes viajan en el vehículo, sino también para evitar que el equipaje suelto se convierta en un riesgo adicional durante situaciones de emergencia.