Buques de guerra de EE. UU. se posicionan cerca a la costa de Venezuela
De acuerdo con informes militares, los buques transitaron entre Aruba y Curazao y actualmente se encuentran a unas 30 millas (48 km) de la costa venezolana.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
La presencia militar de Estados Unidos en el Caribe vuelve a centrar la atención internacional luego de que el portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado el más grande del mundo, llegara a la región junto con su grupo de ataque compuesto por más de 4.000 marineros y decenas de aeronaves tácticas. El despliegue, que según el Pentágono tiene como objetivo reforzar las operaciones contra el narcotráfico, se ha convertido en un nuevo foco de tensión con el Gobierno de Nicolás Maduro.
Washington mantiene desde agosto una operación naval y aérea cerca de las aguas venezolanas, bajo el argumento de combatir organizaciones criminales transnacionales y el denominado “narcoterrorismo”. Sin embargo, la presencia de estas unidades, que incluye al destructor USS Stockdale (DDG-106) y al crucero USS Gettysburg (CG-64), ambos de la Armada estadounidense, ha sido interpretada por Caracas como una provocación y una amenaza directa.
De acuerdo con informes militares, los buques transitaron entre Aruba y Curazao y actualmente se encuentran a unas 30 millas (48 km) de la costa venezolana, una distancia que incrementa la preocupación del Gobierno de Maduro y de sus aliados internacionales.
Cabe recodar que el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, anunció este martes un nuevo despliegue militar interno con 200.000 efectivos en todo el país, con el fin de “defenderse de las amenazas imperiales”. El funcionario aseguró que las Fuerzas Armadas Nacionales “no permitirán ninguna acción que vulnere la soberanía nacional”.
Por su parte, el Pentágono reiteró que el despliegue responde a una directiva del presidente Donald Trump, ejecutada por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, con el propósito de “desmantelar organizaciones criminales transnacionales” y “proteger la seguridad de la patria”.
Según datos de las autoridades estadounidenses, la operación ha dejado hasta ahora 75 personas muertas y una veintena de embarcaciones destruidas en acciones conjuntas desarrolladas en el Caribe y el Pacífico. La Casa Blanca defiende el operativo como parte de su lucha contra el tráfico de drogas, mientras que Caracas denuncia una escalada militar que amenaza la estabilidad regional.