
El joven al que un viaje familiar lo convenció de asesinar a famoso escritor
El agresor fue detenido de inmediato tras apuñalar por la espalda durante un evento literario.

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Una visita a su familia en Líbano y unas pocas horas viendo sermones de predicadores islámicos en YouTube bastaron para que Hadi Matar, entonces de 24 años, se convenciera en 2022 de que debía asesinar al escritor Salman Rushdie, quien llevaba décadas sorteando amenazas del extremismo fundamentalista.
El autor de Los versos satánicos (1988), novela que un año después de su publicación provocó una fatua del régimen iraní que lo acusaba de blasfemia y ofrecía una recompensa de 3 millones de dólares por su muerte, nunca había estado tan cerca del fin como el 12 de agosto de 2022, cuando Matar lo atacó con un cuchillo durante 27 segundos.
El agresor fue detenido de inmediato tras apuñalar por la espalda a Rushdie durante un evento literario. Desde entonces permanece en prisión, y un jurado lo declaró culpable de intento de asesinato y agresión en segundo grado. Fue sentenciado a la pena máxima: 32 años de prisión, distribuidos en 25 años por el ataque a Rushdie y 7 años adicionales por agredir a otra persona que lo acompañaba.
A casi tres años del atentado, y tras un juicio que se extendió por más de dos semanas, aún se conoce poco sobre la personalidad de Matar, quien posee doble nacionalidad estadounidense y libanesa, y solo ha concedido una entrevista, al tabloide New York Post.
En esa única aparición mediática, Matar —quien se declaró no culpable— reconoció que había pasado algunas horas en el sótano de su casa viendo sermones islámicos en YouTube antes de perpetrar el fallido asesinato.
Un viaje transformador tras el divorcio de sus padres
"Esperaba que volviera motivado, que terminara sus estudios, que obtuviera su título y un trabajo. Pero en lugar de eso, se encerró en el sótano", relató su madre en una entrevista, aludiendo al viaje que Matar realizó en 2018 al pueblo libanés de donde era originaria su familia paterna, tras el divorcio de sus padres. Ese episodio marcó, según ella, un punto de inflexión en su comportamiento.
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Criado en Fairview (Nueva Jersey), una pequeña ciudad dormitorio cercana a Nueva York, Matar creció en el seno de una familia musulmana. En los años previos al ataque, lo más destacado de su vida era que tomaba clases de boxeo y trabajaba en una conocida cadena estadounidense de tiendas de descuento.
Sin embargo, su madre percibió un cambio en su actitud desde aquel viaje a Líbano. El 11 de agosto de 2022, Matar tomó un autobús desde Nueva Jersey hasta Búfalo, en el extremo oeste del estado de Nueva York, y desde allí un taxi hasta Chautauqua, una localidad de unos 4.000 habitantes.
Viajó más de 660 kilómetros con una identificación falsa, dinero en efectivo y el cuchillo con el que, al día siguiente, apuñalaría una docena de veces a Rushdie, dejándolo ciego de un ojo y con movilidad reducida en una de sus manos. Pasó la noche al raso antes del ataque.
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¿Lobo solitario o vinculado a Hizbulá?
Desde el inicio del caso, una de las grandes incógnitas ha sido si Matar actuó por cuenta propia o bajo influencia o dirección de Hizbulá —la milicia que controla el pueblo de su padre en Líbano— o del régimen iraní. Esta hipótesis, sin embargo, nunca ha sido confirmada.
"Respeto al ayatolá. Creo que es una gran persona. Eso es todo lo que diré al respecto", declaró al New York Post. Durante esa entrevista también habló de su "buen comportamiento" en prisión, aunque señaló que se le había obligado a comer alimentos no compatibles con su fe.
Sobre la intensidad de sus creencias religiosas, lo único que se sabe con certeza —dado que se acogió a su derecho a no declarar— es que durante sus primeras comparecencias judiciales exclamó con voz pausada y mirada ausente frases como “Palestina, libre” y “Israel es un Estado asesino”.
Matar también enfrenta un proceso federal por presuntamente haber brindado apoyo material a Hizbulá. Quizás en el marco de esa causa se obtenga más información sobre su perfil. Por ahora, incluso el propio Salman Rushdie se negó a entrevistarlo al saber que su atacante apenas había leído "unas pocas páginas" de su obra antes de intentar matarlo.