El último día de mi mandato es el 31 de diciembre de 2018: Dilma Rousseff
La presidenta brasileña también dijo que está "cansada de los desleales y los traidores, pero no de luchar".
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró que su último día de mandato es el 31 de diciembre de 2018, por lo que confía que no tenga que dejar el cargo antes de esa fecha, ante el proceso que enfrenta en el Congreso buscando su destitución.
En el que pudo haber sido el último acto público de su mandato, Rousseff animó a las miles de asistentes a una conferencia sobre políticas para las mujeres a "luchar", porque Brasil "también está cansado de los desleales, los traidores y los golpistas".
La respuesta del auditorio fue inmediata, con un coro que gritó "no habrá golpe, habrá lucha", una frase que se ha convertido en un himno en todas las manifestaciones de apoyo a la mandataria.
Rousseff volvió a negar que las maniobras fiscales irregulares que se le atribuyen constituyan un "crimen de responsabilidad", que es como la Constitución define las causas para la destitución de un mandatario, y reiteró su tesis de que la democracia brasileña está en riesgo.
Publicidad
"Es un momento muy importante y decisivo para la democracia brasileña" y también para "la historia de este país, que dirá cuánto de violencia contra la mujer y de prejuicio ha habido en todo este proceso ilegal", afirmó.
Publicidad
Según Rousseff, "uno de los componentes de este proceso ha tenido siempre base en el hecho de que sea la primera presidenta electa por el voto popular" en el país, pero "sepan que una parte de mi capacidad de resistir viene del hecho de ser mujer", añadió.
La mandataria, que si se aprueba la instauración del juicio en su contra sería suspendida del ejercicio del cargo durante los 180 días que puede durar el proceso, reiteró que una renuncia no está en sus planes, porque mientras se mantenga "de pie, con la cabeza erguida, quedará claro que han cometido una enorme injusticia".
Rousseff también volvió a tildar de "conspirador" y "golpista" al vicepresidente, Michel Temer, que la deberá sustituir mientras dure el eventual juicio político y completaría su mandato en caso de que se consume la destitución.
Asimismo, insistió en que Temer y "los golpistas ya han dicho que van a privatizar todo", pero advirtió que ni ella "ni el pueblo lo van a permitir", ya que se mantendrán en "pie de lucha" en defensa de las "conquistas sociales" obtenidas en los últimos años.
Publicidad
"Lo que hemos logrado es sólo el comienzo. Tenemos mucho para conquistar todavía" y "no se permitirá ningún retroceso", declaró.
Publicidad
En las que pueden haber sido sus últimas palabras públicas en su mandato, Rousseff reiteró: "Me siendo víctima de una injusticia, pero soy el tipo de víctima luchadora, que no desiste, víctima con conciencia, con capacidad de lucha".
La declaración la hizo durante la apertura de un nuevo terminal de pasajeros en Goiania, capital del estado de Goiás, en la región centro-oeste del país.
El pronunciamiento se da luego de que su Gobierno pidiera el martes a la Corte Suprema anular el procedimiento de impeachment, en un desesperado intento por impedir que la presidenta sea alejada del poder.
Publicidad
A menos de 24 horas de que el Senado decida si abre un juicio político contra Rousseff, la Abogacía General del Estado, que defiende a la mandataria, asegura que el proceso debe ser anulado porque el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, suspendido la semana pasada, solo aceptó abrirle un juicio de destitución por "venganza" personal.