El periodista mexicano Otoniel Martínez, quien trabaja en el Canal TV Azteca, viajó hasta Nicaragua para retratar la crisis que atraviesa ese país. Para una serie de reportajes llevó consigo únicamente un teléfono celular y un pequeño bolso. El comunicador contó en Sala de Prensa lo que fue su travesía y los peligros a los que se enfrentó.
“Para ser periodista necesitas estar loco, el periodismo te confronta con este tipo de realidades. No sé si en Colombia tienen esta misma frase en el argot periodístico que tenemos en México “el reportero sin suerte no es reportero”. Vi el trabajo de mi compañera Carolina Rocha sobre Cuba y ella cuenta la realidad de Cuba y cuando reviso el material mi sed periodística se despertó al investigar estos temas y empiezo mi trabajo en tres etapas. En una primera etapa con letras sobre otros, lo que los demás escriben de Nicaragua y encuentro en una realidad surrealista muy difícil de entender”, indicó el comunicador.
Martínez indicó que en el segundo paso de su trabajo periodístico habló con nicaragüenses en exilio, políticos y activistas para entender en su mente de mexicano lo que le habían contado de Nicaragua. Con entrevistas vía Zoom se documentó antes de viajar al país centroamericano y así presentó la propuesta a la producción del canal para que dimensionaran la situación.
“En México no se habla de Nicaragua y ahora entiendo por qué. Daniel Ortega y Rosario Murillo tienen un control absoluto de todo. Lo que el mundo hoy sabe de Nicaragua es a cuentagotas de lo que los periodistas en el exilio están publicando o lo que la fachada quiere mostrar del país, lo que han querido contar al mundo”, contó.
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En su primer reportaje transmitió el miedo que sentía él y su equipo de producción, contó los detalles de su llegada a Nicaragua y lo que sintió al ver las calles llenas de policías.
“El trabajo lo hicimos de principio a fin todo por celular, sin equipo profesional y tampoco nos atrevimos a contactar un canal nicaragüense para reducir a cero el riesgo en el camino. Llegamos a Managua tras un viaje de 15 horas y la primera imagen fue lo más parecido a un pueblo mexicano … Las primeras impresiones eran era peor de lo que me imaginé. Las banderas sandinistas en todas partes y cuando digo todas partes, es todas partes y la presencia excesiva de policías con armas largas me llama mucho la atención”, indicó.
En su afán de retratar el día a día de Nicaragua, el periodista indicó que el miedo es la principal arma que tiene el gobierno de Daniel Ortega para ejercer su dominio.
"Daniel Ortega ha identificado que su mejor y más poderosa arma es el miedo, y me bastó una mañana en Managua para darme cuenta de que ese miedo tiene olor, tiene sonido, tiene sabor. El miedo en Nicaragua para ser más gráficos se respira", contó.
Martínez contó que gracias a un evento oficialista tuvo la oportunidad de ver a diferentes medios de comunicación, que no es usual en ese país. Allí fue su primera detención por parte de las autoridades y confirmó, según él, que la Policía es el primer eslabón de represión en Nicaragua.
El comunicador reconoció que gracias a la habilidad del guía con el que contaban, quien distrajo a la Policía, él y los otros dos periodistas con los que estaba pudieron escapar.
“Regreso al auto por los documentos y cuando llego el guía ya está hablando de temas más personales y eso sensibiliza al policía. Cuando el guía nos hace una seña de como es momento de irnos, igual nos levantaron reportes. Recuerdo que las primeras palabras del guía a bordo del carro fueron ¡Bendito sea Gracias a Dios!”, señaló.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, prohibió el ingreso a periodistas extranjeros, e incluso nacionales, para evitar que se documenten las denuncias en su contra. El mexicano contó lo que es vivir con zozobra en el país centroamericano.
“El único lugar seguro que yo tenía era el baño del hotel y con su reserva. El miedo te quita el aire y lo escuchas con una voz muy susurrada porque tienes que cuidarte de absolutamente todos los que tienes al lado”, dijo.
Finalmente, Martínez señaló cómo fueron detenidos en una segunda oportunidad, cómo se salvaron de ser retenidos y cómo pudieron salvar el material gráfico que recolectaron en las dos semanas que estuvieron en Nicaragua.