Vanessa Márquez, abogada especializada en asuntos migratorios, analizó las complejidades que los colombianos deben enfrentar bajo las recientes políticas migratorias en los Estados Unidos . En Sala De Prensa Blu, explicó los impactos negativos de las medidas, especialmente para aquellos que intentan ingresar al país de manera legal, así como las dificultades para los migrantes irregulares que se ven atrapados en una creciente ola de restricciones y deportaciones.
"Los migrantes están sintiendo el impacto de un enfoque más duro. Las órdenes ejecutivas han dejado claro que el Gobierno se está volviendo menos tolerante con la migración ilegal", afirmó.
Durante la conversación, Márquez destacó cómo los nuevos procedimientos de seguridad, como el uso de esposas en los vuelos de deportación, afectan la dignidad de los migrantes, particularmente aquellos sin estatus legal.
Aunque estas medidas se justifican en la necesidad de seguridad, la abogada subrayó que las políticas han convertido a la migración en un tema de alta tensión diplomática, reflejada en la polémica que se desató en Colombia cuando el presidente Joe Biden calificó a los migrantes deportados como "criminales".
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La abogada también abordó los efectos de las órdenes ejecutivas que intensifican la mano dura contra la migración ilegal y cómo esto ha complicado los procesos de regularización, a pesar de que algunas vías, como las visas para profesionales de la salud, no han experimentado cambios significativos.
"El proceso de seguridad siempre ha sido riguroso, incluso en Colombia. Sin embargo, el impacto social de un migrante sin documentación legal es completamente diferente del de un individuo que ha cometido un delito grave. Esto cambia la percepción pública y el trato que reciben", explicó.
En este sentido, hizo un llamado a los colombianos a no abandonar el sueño americano, pero a hacerlo de manera adecuada, destacando que el cumplimiento de los requisitos legales sigue siendo la mejor opción para alcanzar una migración exitosa.
Además, enfatizó cómo los cambios impactan a las comunidades laborales de migrantes latinos en EE. UU., afectando sectores como la agricultura y la construcción, donde gran parte de la mano de obra está conformada por personas en situación irregular.