Las esperanzas de lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza enfrentan nuevos obstáculos. Las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás, que se adelantan en Doha con la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos, están empantanadas por la negativa de Israel a retirar completamente sus tropas del territorio palestino.
Según fuentes palestinas cercanas a las conversaciones, uno de los puntos más críticos es que Israel planea mantener su presencia militar en más del 40 % de la Franja, una decisión que Hamás rechaza tajantemente.
Esta postura ha frenado los avances hacia una posible tregua de 60 días, en la que se contempla la liberación de al menos diez rehenes israelíes aún cautivos desde el ataque del 7 de octubre de 2023.
Desde el inicio de la guerra, más de dos millones de personas en Gaza han sido desplazadas. Una fuente palestina acusó a Israel de buscar concentrar a los desplazados en el oeste de Rafah con la intención de forzar su salida hacia Egipto, una denuncia que incrementa la tensión en la mesa de negociación.
Aunque hay avances en temas humanitarios y en un posible intercambio de prisioneros por rehenes, las condiciones impuestas por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu —como el desarme total de Hamás y su salida del poder en Gaza— siguen siendo barreras para un acuerdo duradero.
Mientras tanto, los bombardeos continúan. Este sábado, al menos 14 personas murieron en ataques aéreos israelíes, incluyendo una familia completa en el campo de desplazados de Deir al Balah. El ejército de Israel asegura haber atacado 250 objetivos de Hamás en las últimas 48 horas, pero los daños sobre la población civil no cesan.
Desde octubre, el conflicto ha dejado más de 57.800 palestinos muertos, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, y 1.219 víctimas en Israel, la mayoría civiles.