Venezolanos descansan en Tunja para continuar con su odisea
Hasta 10 días deben caminar los venezolanos para llegar desde Norte de Santander a Tunja en Boyacá.
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El cansancio se observa en la cara de estas personas, que en muchos casos llegan hasta sin zapatos y con graves laceraciones en sus pies, por las largas caminatas.
“Estoy muy débil, Dios quiera que pueda tener a mi hijo, eso es lo único que yo quiero, que mi hijo nazca ya”, señaló Raquel Rosario, ciudadana venezolana.
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“El trayecto no fue fácil, tuvimos que pasar por varias circunstancias nada bonitas”, indicó Juan Velázquez, hombre del vecino país.
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Cada uno llega con una historia diferente, pero con una misma realidad, salir de su país natal, para ellos, la única forma de sobrevivir.
“Realmente yo trabajaba en una panadería, me tocó renunciar porque el sueldo no nos alcanzaba, no conseguimos efectivo para podernos transportar, ni comer. Llegó un momento donde dijimos no aguantamos más, me tengo que ir”, agregó la venezolana Yuver Yánez.
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Anny Uribe, es la venezolana que abrió el albergue para tratar de ayudar a tantos migrantes, que, según ella, hay días donde superan las 200 personas en el lugar.
"Saber que niños con hipotermia, mujeres en gestación, personas de la tercera edad que vienen caminando 600 km para buscar un futuro", dijo.
72 horas es el tiempo máximo de hospedaje, a excepción de las personas con estado de salud complicada. Los que van de paso, buscan llegar a Ecuador o Perú.
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