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Ocho días después de que el propio director del Inpec, coronel Daniel Gutiérrez, denunció que en la cárcel de máxima seguridad Cómbita, Boyacá se vivía una grave crisis alimentaria, la Procuraduría realizó una inspección al centro carcelario.
Durante la visita, la procuraduría halló alimentos en pésimo estado ya preparados, frutas descompuestas y una escasez de comida que impedía cubrir a todos los presos que se encuentra en la prisión de ese departamento.
La Procuraduría aseguró que hay “incumplimiento en la entrega de las tres comidas diarias y el refrigerio desde el pasado 6 de diciembre, circunstancias que afectan la población carcelaria y además a personas privadas de la libertad con patologías que demandan dietas con recomendaciones médicas”.
El Ministerio Público también halló que de nueve personas contratadas por la empresa prestadora del servicio, siete ya habían renunciado. “Pasados 13 días de ejecución contractual, no se avizora normalidad e idoneidad en la prestación del servicio”, dijo la Procuraduría.
Sin embargo, la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios Uspec explicó que la situación en Cómbita se debía a una falla de las calderas donde se preparaba la comida. Aunque la Procuraduría ya habla de un déficit mayor.
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