Este 7 de agosto se cumplen dos meses del atentado que dejó gravemente herido al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, un hecho que aún mantiene en vilo al país y que ha generado muestras constantes de solidaridad por parte de familiares, amigos y seguidores.
Desde aquel 7 de junio, cuando fue ingresado de urgencia a la Fundación Santa Fe de Bogotá, su estado de salud ha sido reservado, pero con avances que, aunque lentos, han despertado esperanza en sus seres queridos.
Una de las voces más constantes en medio de esta dura situación ha sido la de su esposa, María Claudia Tarazona, quien lo ha acompañado día y noche, al igual que sus hijos y familiares más cercanos.
A través de su cuenta de Instagram, Tarazona ha compartido emotivos mensajes que reflejan el dolor de la ausencia, pero también la fe que la sostiene. En la mañana de este jueves, publicó un sentido mensaje que ha conmovido a miles:
"Ya han pasado dos meses. Gracias Dios, ayúdame más. Amor lindo, me haces una falta tan grande que se me desgarra el alma. Vuelve a mí, permíteselo Dios", escribió, junto a una fotografía que acompañó el mensaje.
Pero fue otra publicación la que conmovió profundamente a sus seguidores: una historia acompañada de una imagen donde se ve a Miguel Uribe junto a su hija, con un mensaje cargado de amor y fe:
"Migue: pasa el tiempo y cada día me haces más falta (...) El dolor que siento por tu ausencia, y por todo lo que me acuerda a ti, solo es muestra del amor infinito que te tengo. Te estamos esperando, el tiempo que sea necesario".
Al pie de la imagen, escribió con firmeza: "Te amo hija. Volverá a Nosotros".
Según el parte médico más reciente, entregado por su hermana, la periodista María Carolina Hoyos, Miguel Uribe ha mostrado señales de recuperación neurológica. “Lo que está pasando con Miguel es increíble. Estamos en el 2% de los pacientes que logran sobrevivir a este tipo de lesiones. Es un milagro”, afirmó en entrevista con Caracol Radio.
El senador estaría iniciando la denominada “fase de despertar”, una etapa crítica en la que se reduce progresivamente la sedación para observar posibles reacciones de conciencia. Aunque esto no implica aún una recuperación definitiva, sí es un indicador alentador de actividad cerebral.
La familia continúa aferrada a la fe y a los pequeños avances, mientras el país permanece atento a la evolución del congresista.