En una reciente entrevista, Andrey Román, CEO de Atlas Intel, compartió los pilares que han posicionado a su encuestadora como una de las más precisas del continente, destacando su capacidad para anticipar fenómenos que otros métodos no logran captar. Según Román, el éxito de las mediciones actuales no depende de una única metodología, sino de un rigor metodológico extremo y de la capacidad de adaptarse a un escenario político global cada vez más volátil y fluido.
Innovación digital frente al "voto vergonzoso"
Una de las grandes ventajas competitivas de Atlas Intel es su enfoque en la recolección digital de datos. Román explica que, a diferencia de las entrevistas telefónicas o presenciales, el entorno digital elimina la interacción humana, lo que neutraliza el efecto del "voto vergonzoso" o la automoderación del encuestado.
En contextos de alta polarización, los ciudadanos suelen ocultar sus preferencias reales para evitar tensiones con el entrevistador; sin embargo, al responder de forma anónima en internet, la sinceridad aumenta, lo que explica la precisión de la firma en elecciones disruptivas como las de Donald Trump en Estados Unidos.
Desafíos metodológicos y normativos en Colombia
El CEO señaló que el panorama colombiano presenta retos únicos, especialmente por la fragmentación de candidaturas. La normativa actual exige incluir a todos los aspirantes en las preguntas de intención de voto, lo cual resulta poco práctico cuando existen decenas de candidatos.
Además, Román advirtió sobre la velocidad con la que cambian las preferencias debido a las redes sociales y al fenómeno del voto estratégico o útil, donde el elector decide su voto en los últimos días para evitar que gane un candidato que considera un "mal mayor".
La teoría del "péndulo" en América Latina
Finalmente, Román cuestionó la idea de un "péndulo" ideológico sistemático en la región, atribuyendo los cambios de gobierno más a coincidencias nacionales que a un fenómeno continental uniforme. Para el experto, lo que definirá la elección en Colombia no será una tendencia regional, sino los niveles de rechazo relativo entre los candidatos que lleguen a la segunda vuelta. Si la polarización persiste, el ganador será aquel que genere menos resistencia entre el electorado.
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