Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

Publicidad

“No hay un día que no recuerde lo que pasó”: mujer que abortó ilegalmente

Tres años después de interrumpir su embarazo, por fuera de las 3 causales autorizadas en Colombia, Juliana cree que tener el bebé no hubiese sido tan grave.

317736_Blu Radio // Mujeres // Foto: Frédéric Cirou / AltoPress / PhotoAlto
Blu Radio // Mujeres // Foto: Frédéric Cirou / AltoPress / PhotoAlto

Juliana, así la vamos a llamar, tiene 23 años. Hace poco más de tres, cuando tenía 19, tuvo un descuido con su novio de entonces.
 
Cursaba quinto semestre de una carrera en una universidad en Bogotá y creyó que no estaba lista para ser mamá tan pronto. 
 
A Juliana no se le cruzó por la mente, ni por un segundo, que estuviera embarazada. Su periodo había llegado de manera regular como todos los meses. Y, aunque sí sentía un poco de nauseas eventualmente y malestar general, ella creyó que era normal por un problema de colon irritable con el que siempre había convivido. 
 
 “No pensaba que de verdad lo estuviera, porque yo tenía el periodo normal. Me llegaba sin ningún problema y yo pensaba que era simplemente un dolor de estómago o alguna intoxicación”, dice con voz un poco baja tras el impacto del recuerdo en su memoria.
 
Un día, los síntomas se hicieron tan persistentes que decidió, sin contarle a su novio, hacerse una prueba de embarazo. Ahí estaba.
La prueba marcó positivo poco tiempo después de aplicarla y ella lo supo. Recordó el descuido que había tenido con su novio. 
 
Pero en realidad ese no era el primero. Juliana y su pareja solían tener relaciones sexuales sin precaución. No usaban condones y ella tampoco planificaba porque no le gustaba el efecto de las píldoras y las inyecciones en su organismo. Nunca habían tenido un susto hasta entonces y pensaban que no les iba a ocurrir. Pero el momento llegó y había dos opciones. Tener el bebé y luchar desde entonces como pareja contra los problemas y la vida para garantizarle a su hijo un lugar de dignidad en el mundo. O no tenerlo y seguir adelante con los sueños que ambos tenían para el futuro. 

Vea también: "Aborto ilegal, una práctica que siempre tiene consecuencias
 
“Cuando supe que estaba embarazada fue muy duro. Allí llamé a mi pareja que siempre me había dicho que no quería ser padre joven y fue un momento de mucha ansiedad y temor. La mujer que me vendió la prueba de embarazo me vio muy desesperada y me dijo que me calmara. Luego me dio la dirección de un lugar en Teusaquillo para abortar. Mi pareja me dijo que era lo mejor que podíamos hacer y al otro día fuimos a hacernos las pruebas”, explica la joven, hoy profesional, que dice que quizá no habría sido tan grave tener ese bebé. 
 
Juliana tenía dos meses y medio de embarazo y cuando llegó al lugar en Teusaquillo, los médicos que la evaluaron le dijeron que tenía un riesgo natural de aborto que posiblemente, tiempo después, sería una complicación grave. 
 
Por esa razón el establecimiento justificó que Juliana tenía una de las causales aprobadas para abortar y todo lo pagó su EPS.
 
Juliana no tuvo que entregar un centavo. 
 
“Allí me dijeron que lo que tenía no era la regla, sino amenaza de aborto y por eso me dijeron que el procedimiento era más fácil. Yo elegí las pastas porque me aterraba el otro procedimiento que era el de la succión”, agrega. 
 
Juliana recibió las pastas y anotó las indicaciones precisas para realizar el procedimiento. Primero debía tomar una de ellas para relajar su útero y empezar el proceso de aborto. Eso le dijeron. 
 
“Me tenía que tomar una pasta para que mi útero abriera. Como yo tenía amenaza de aborto el sangrado iba a ser muchísimo más fuerte. Al otro día me tomé la otra pasta que era la definitiva. Y la recomendación que me dieron fue que no me la tomara como una pasta normal. Sino que la colocara debajo de mi paladar y esta se disolviera con mi saliva”, añadió. 
 
Luego de una hora de ingerir la pasta, los químicos dentro del cuerpo de Juliana cobraron efecto. 
 
“Los dolores eran terribles. Yo estaba con mi pareja en el baño de la universidad. Ahí sucedió todo, pero llegó un momento en el que no podía resistir más el dolor. Una amiga tuvo que venir a ayudarme porque el sangrado era exagerado. Pensé en que no iba a aguantar y quise llamar a mi mamá. Eran dolores que yo nunca había sentido”, contó. 
 
Pero no llamaron. Los minutos pasaron y los dolores se redujeron poco a poco. Juliana se tomó luego unos analgésicos y dice que eso le ayudó. Hoy, tres años después, puede decir con certeza que no hay un solo día de su vida que no recuerde lo que sucedió esa tarde en la mitad de su carrera, un día cualquiera de clases en la universidad. 
 
 “Me dolió mucho lo que pasó. Sin embargo, hoy pienso que quizá no hubiese sido tan grave. Pero en el momento de tomar la decisión nadie puede entender lo que pasa por la cabeza de la persona que tiene que definir. No hay un día en el que no lo recuerde”, insiste.
 
El mensaje final de Juliana es a todas las mujeres jóvenes y adultas. 
 
“Mi llamado es a todas las mujeres a que se cuiden. Yo pensaba que a mí nunca me iba a pasar. Creía que la forma natural era segura. Pero lo cierto es que uno tiene que cuidarse siempre”, dice. 
 
Según las cifras del Ministerio de Salud, en Colombia se practican cerca de 50.000 abortos al año. En Bogotá, la Secretaría de Salud realiza visitas de habilitación dos veces al año para revisar que los lugares en donde se realizan estos procedimientos cuenten con las condiciones necesarias para hacerlo. Sin embargo, la verdad es que muchos de ellos son garajes adornados de consultorios en donde miles de mujeres se exponen a toda clase de riesgos.

Vea también: Solo 50.000 de 400.000 abortos al año en Colombia se hacen legalmente: Profamilia
 
La Corte Constitucional está por definir si se limita el aborto a 6 meses en las tres causales permitidas por la ley: Violación, malformaciones graves en el feto, y riesgos para la vida de la mujer por complicaciones durante el embarazo.
 
El debate que se ha presentado recientemente alrededor del mundo en países como Argentina e Irlanda está también dado en Colombia. Hay sectores que dicen que el aborto debe prohibirse totalmente, otros que creen que debe despenalizarse para que el Estado pueda regular y garantizar condiciones de dignidad para las mujeres. La realidad es que hoy, siendo ilegal, miles de mujeres en todo el país acuden sin problema a realizarse abortos en casos como el de Juliana: un descuido precipitado en su juventud. 

Publicidad

 
 
 
 
 
 

  • Publicidad