Las trabajadoras van sembrando una a una las ramitas de eucalipto en tubos de plástico. Les ponen agua constantemente, las tratan con cariño mientras las llevan al vivero mientras son capaces de resistir el voltaje del sol del Casanare.
Cuidarlas es un trabajo delicado hecho por mujeres, pues cada plántula puede convertirse en un árbol de 15 metros de altura. Luego se convertirá en troncos de madera y, a su vez, se convertirán en un fuego capaz de generar 25 GW de energía. Esa es la potencia de la planta de biomasa Refoenergy Villanueva que Refocosta y Électricité de France (EDF) están construyendo para alimentar las actividades de Ecopetrol (incluyendo, paradójicamente, también al petróleo).
El gobernador de Casanare, Salomón Sanabria, ve en esta planta una oportunidad para que su municipio comience a 'despretrolizarse' y a ponerse a tono con la transición energética. De hecho, el funcionario cree que su gente debe prepararse para el momento en que ya no se pueda vivir de los hidrocarburos como lo han hecho hasta ahora.
Hace unos años, Casanare dependía en un 75 % del petróleo y el gas, hoy la cifra va en el 45 % y la idea es que la reducción continúe.
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"Esta es la apuesta en biomasa más importante que se va a hacer en el departamento del Casanare. Casanare tiene una extensión significativa. Eso quiere decir que más proyectos de estos pueden llegar al departamento y con estos proyectos abastecer la energía que necesita el departamento y conectarse al sistema nacional", dijo Sanabria.
La inversión en la planta es de unos 50 millones de dólares y las plantaciones abarcaran unas 3.500 hectáreas, principalmente en eucalipto. Se estima que la operación de la planta comience en el año 2025.
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"Tenemos un cultivo forestal que captura CO2, utiliza la radiación solar y utiliza la lluvia de la región y la tierra para producir una energía que se puede entregar a todo el país", dijo el presidente de Refocosta, Carlos López.
López cree que está planta es el primer paso hacia nuevos proyectos de biomasa en la región y en el país, pues de las 7.5 millones de hectáreas que Colombia podría convertir en bosque, hay apenas 530.000 hectáreas plantadas.
Estos bosques tienen la capacidad de dar empleos en todas esas etapas, desde la semilla a la generación de energía para el sistema.
"De aquí para abajo lo que hay es tierra. Así que 'hágale pariente", dijo el senador Alirio Barrera a los empresarios asistentes.
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