Ante la URI de Sincelejo se entregó de forma voluntaria, y en compañía de su abogado, el patrullero Jesús María Bolaño Castro, conductor de la camioneta en la que subieron con vida y luego llegaron muertos a la clínica María Reina de esa ciudad los tres jóvenes asesinados por la Policía en el municipio de Sampués.
El hombre tenía orden de captura y es el primero que deberá responder por estar implicado en el asesinato de los jóvenes José Carlos Arévalo, Jesús David Díaz y Carlos Alberto Ibáñez.
Según el propio director de la Policía, el general Henry Sanabria, once policías participaron por "omisión, extralimitación o favorecimiento, de acuerdo con lo que se ha recogido por la Justicia Penal Militar y la Fiscalía”, en este caso.
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Las tres víctimas murieron producto de los disparos que les propinó un coronel de la Policía en Sucre, el comandante operativo y tercero al mando de esa institución, Benjamín Núñez.
Núñez y otros policías reaccionaron de forma extralimitada al asesinato de un patrullero en un establecimiento comercial de Sampués, en pleno plan pistola del Clan del Golfo.
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Una vez heridos por el ataque, Bolaño Castro habría trasladado a los heridos hasta la clínica María Reina de Sincelejo, pero allí llegaron ya sin signos vitales.
Aún está por definirse la situación jurídica del patrullero a quien la Fiscalía deberá imputarle cargos.
Asimismo, las autoridades están tras la pista del coronel Núñez, quien tiene circular roja de interpol y se presume habría huido hasta Panamá.
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