El papa Francisco ha recibido este sábado a monseñor Georg Gänswein, que fue durante casi dos décadas el secretario personal del pontífice emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado día 31 de diciembre a los 95 años de edad, informó el Vaticano."El Santo Padre Francisco recibió en audiencia esta mañana a S.E. Mons. Georg Gänswein, Arzobispo de Urbisaglia, Prefecto del Casa Pontificia", indicó la Santa Sede en el escueto comunicado diario en el que informa de los encuentros del pontífice.Se trata de la segunda reunión de Francisco con el arzobispo alemán, tras la mantenida entre ambos el pasado 9 de enero, y como en aquella ocasión no han trascendido detalles de la audiencia del papa al arzobispo alemán.Gänswein era el más cercano colaborador desde 2003 de Joseph Ratzinger, quien renunció al papado en 2013 dando lugar a una inédita convivencia entre dos papas, en la que tras un primer momento de sorpresa se consiguió un importante equilibrio entre las dos áreas de la Iglesia, la progresista y la conservadora.El secretario de Benedicto XVI publicó el pasado 12 de enero el libro "Nient'altro che la verità" (Nada más que la verdad) para responder a "las calumnias y oscuras maniobras" que trataron "en vano" de ensombrecer el legado del pontífice emérito, que murió en el monasterio vaticano en el que residió la última década de su vida tras su histórica renuncia.En una de las escasas referencias públicas de Francisco a este asunto, el papa dijo en el avión de vuelta de su último viaje internacional, el pasado 5 de febrero, que la muerte de Benedicto XVI ha sido instrumentalizada "por gente de partido y no de Iglesia", en relación a las declaraciones, publicaciones y libros, como el de Ganswein, que surgieron tras el fallecimiento."Esas historias que se cuentan de que Benedicto XVI estaba muy disgustado" con él "era un cuento chino", en referencia, aunque sin citarlo, a Ganswein, quien aseguró que a Benedicto XVI no le gustó el limite que introdujo el papa a las misas en latín, algo muy criticado por los sectores más conservadores de la Iglesia católica.En su libro, Gänswein reprocha al sucesor, Francisco, el papa actualmente "reinante", esa decisión, así como que le apartara de su lado pese a ser el prefecto de la Casa Pontificia, encargado de la agenda de los pontífices, y que de un día para otro le encomendara la labor de cuidar de Ratzinger en su retiro en el monasterio Mater Ecclesiae.Le puede interesar: 'Titulares Deportivos'
El papa Francisco consideró que, aunque Benedicto XVI lo hizo, "eso no significa para nada que la renuncia de los papas deba convertirse en algo así como una moda", según dijo en un encuentro con jesuitas en su reciente viaje a África y cuya transcripción fue publicada este jueves por la revista de la Compañía de Jesús, "La Civiltà Cattolica".A preguntas de los jesuitas de República Democrática del Congo y Sudan del Sur, Francisco confirmó que, dos meses después de su elección, escribió una carta al entonces secretario de Estado, cardenal Tarciso Berrone, con su renuncia en caso de que tenga problemas de salud."Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de las elecciones y entregué esta carta al cardenal Bertone. No sé dónde está la carta. Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio y no soy plenamente consciente para dimitir", dijo.Y añadió: "Sin embargo, esto no significa para nada que la renuncia de los papas deba convertirse en algo así como una moda, algo normal. Benedicto tuvo el valor de hacerlo porque no quería seguir adelante a causa de su salud. Esto no está en mi agenda por el momento"."Creo que el ministerio del Papa es ad vitam. No veo ninguna razón para que no sea así. Piensen que el ministerio de los grandes patriarcas es siempre vitalicio. Y la tradición histórica es importante. Si, por el contrario, le hiciéramos caso a los 'chismes', ¡entonces deberíamos cambiar de Papa cada seis meses!", añadió.Sobre la carta de renuncia también explicó que ya lo hizo Pío XII "como prevención en el caso de que Hitler se lo llevara a Alemania" y "en ese caso dijo que capturarían a Eugenio Pacelli y no al papa".Francisco también habló del cargo del superior general la Compañía de Jesús que es vitalicio y se mostró favorable a que siga siendo así."Sí, en esto soy conservador. Debe ser para toda la vida. Pero, obviamente, surge la misma pregunta que concierne al Papa. El Padre Kolvenbach y el Padre Nicolás, los últimos dos Superiores Generales anteriores, lo dejaron por motivos de salud. Me parece importante recordar, además, que una de las razones por las que el generalato en la Compañía es de por vida es para evitar cálculos electorales, las facciones, los chismes…".La muerte del papa emérito Benedicto XVI el pasado 31 de diciembre volvió a disparar las hipótesis sobre una posible renuncia de Francisco, ahora que no tendría ningún impedimento, pero el pontífice argentino ha dejado claro recientemente que mantiene sus planes de futuro.
El papa Francisco dijo este domingo que cree que la muerte de Benedicto XVI, el pasado 31 de diciembre a los 95 años, ha sido instrumentalizada "por gente de partido y no de Iglesia", en relación a las declaraciones, publicaciones y libros, como el del secretario del pontífice emérito, George Ganswein, que surgieron tras el fallecimiento.Incluso afirmó que "esas historias que se cuentan de que Benedicto XVI estaba muy disgustado" con él "era un cuento chino", en referencia - aunque no lo citó - a Ganswein, quien en una entrevista aseguró que a Benedicto XVI no gustó el limite que introdujo el papa a las misas en rito tridentino, anteriores al Concilio Vaticano II, y que se celebran en latín y de espaldas a los fieles.Así se expresó en la rueda de prensa de regreso de su viaje a República Democrática del Congo y Sudan del Sur y en la que estuvo acompañado por el líder de la Iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia presbiteriana de Escocia, Iain Greenshields, que se habían unido a él en la última etapa del viaje.Francisco fue preguntado sobre la unidad de la Iglesia católica después de la muerte de Joseph Ratzinger, tras la que se produjeron una serie de declaraciones contra él por parte del ala más conservadora de la Iglesia, como un artículo que se reveló tras su muerte que había sido escrito por el cardenal australiano George Pell que calificaba su pontificado de "catástrofe".También se publicaron dos libros en los que se criticaban algunas de sus posturas, como el de Ganswein y otro del cardenal Gerhard Müller, Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe.El papa quiso puntualizar que siempre pudo consultar y hablar de todo con el papa emérito."El siempre estaba y me ha apoyado y si tenía alguna dificultad me la decía. Hablábamos, no había problemas", aseguró con firmeza.Y citó como ejemplo una vez que Francisco habló de uniones entre personas del mismo sexo, diciendo que la Iglesia no podía aceptar el matrimonio, porque es un sacramento, pero que existían las uniones civiles para protegerse.Entonces, "una persona que se cree un gran teólogo, a través de un amigo de Benedicto XVI, hizo una denuncia" al papa emérito sobre lo que había dicho Francisco."Pero Benedicto no se asustó. Llamó a cuatro cardenales teólogos de primer nivel y les dijo: 'Explicadme esto' y así terminó la historia. Esto es para contar cómo se movía Benedicto cuando se le hacía una denuncia", explicó.Y añadió: "A Benedicto le he consultado algunas decisiones y él estaba de acuerdo",Francisco, que en una reciente entrevista dijo que no le molestaban las críticas, pero que "prefería que se lo dijeran a la cara", lanzó durante esta rueda de prensa una dura acusación: "Creo que la muerte de Benedicto ha sido instrumentalizada por la gente que quiere llevar el agua a su molino"."Y esta gente que de una manera o otra instrumentaliza a una persona tan buena, tan de Dios, un santo padre de la Iglesia, es gente de partido y no gente de Iglesia. Se ve que algunos tienen la tendencia de hacer posiciones teológicas, un partido", añadió y aseguró que "deja pasar las cosas" y que "la Iglesia seguirá adelante como siempre".Y volvió a insistir: "He querido decir claramente quién era el papa Benedicto y no estaba disgustado", desmintiendo así las declaraciones de Ganswein.Escuche el podcast ¿Cómo es vivir en Corea? Le puede interesar: ¿Dónde ver las películas nominadas a los premios Óscar 2023?
El insomnio que padecía el papa Benedicto XVI fue el "motivo central" de su renuncia en 2013, según reveló él mismo en una carta dirigida semanas antes de su muerte a su biógrafo, y desvelada este viernes por un semanario alemán.El papa emérito, fallecido el 31 de diciembre a los 95 años, envió una carta el 28 de octubre a su biógrafo, el alemán Peter Seewald.En la misiva, revelada por el semanario Focus, Joseph Ratzinger explica que "el motivo central" de su dimisión al frente de la Iglesia católica en febrero de 2013 fue "el insomnio que [lo] acompañaba sin interrupción desde las Jornadas Mundiales de la Juventud de Colonia", en agosto de 2005, meses después de haber sucedido a Juan Pablo II.Su médico personal le recetó por entonces "remedios potentes", que en un primer momento le permitieron mantener la carga de trabajo.Pero según el papa emérito, los somníferos alcanzaron con el tiempo sus "límites".La toma de somníferos habría originado además un incidente durante un viaje a México y Cuba en marzo de 2012.La mañana consecutiva a la primera noche, Benedicto XVI constató que su pañuelo estaba "totalmente empapado de sangre", según la carta citada por Focus. "Debí de golpearme por algún lado en el baño, y me caí", escribe el pontífice.El médico hizo de tal forma que las heridas no fueran visibles, y un nuevo galeno personal insistió después del incidente en que se le redujeran los somníferos al papa alemán. Igualmente, le aconsejó que sólo se dejara ver por la mañana durante sus viajes al extranjero.En la carta, Ratzinger dice ser consciente de que estas restricciones médicas "sólo eran sostenibles por un período corto de tiempo".Esa constatación lo llevó a anunciar su dimisión en febrero de 2013, meses antes de las Jornadas Mundiales de la Juventud de Río de Janeiro, que no se veía capaz de "afrontar".De esa forma, dimitió lo suficientemente temprano para que su sucesor, el papa Francisco, pudiera cumplir con la visita a Brasil.El papa emérito Benedicto XVI, que sorprendió al mundo con su renuncia, falleció en el monasterio de los jardines vaticanos en los que vivía retirado.Su pontificado estuvo marcado por numerosas crisis, como el escándalo Vatileaks en 2012, que dejó al descubierto una amplia red de corrupción en el Vaticano, o los casos de abusos sexuales a menores cometidos por religiosos en varios países del mundo.Le puede interesar:
Según medios locales, Gänswein recibió el día del entierro de Benedicto XVI un escrito firmado por el propio papa Francisco en el que se le comunicaba que debe abandonar el Monasterio Mater Ecclesiae el próximo 1 de febrero.El pontífice emérito se había retirado a vivir allí en mayo de 2013 tras renunciar al cargo de Papa y vivía allí con cuatro amas de llaves de la asociación laica Memores Domini y con su secretario personal.El libro de memorias de Gänswein, titulado "Nient'altro che la veritá" (Nada más que la verdad, en español) ha causado irritación dentro de los muros vaticanos, dado que no oculta las críticas al papa Francisco.Gänswein mantiene por el momento el cargo de prefecto de la Casa Pontificia, uno de los más importantes de la Curia pero fue relevado de sus funciones tras una controversia surgida en 2020 con la publicación de un libro del cardenal Robert Sarah.La petición de Francisco de que a partir de ese momento se ocupara exclusivamente del papa emérito le dejó "en estado de shock y sin habla", según revela en sus memorias.También la cuestión de los arreglos de vivienda de Gänswein figura en el libro, donde relata cómo Francisco le pidió que no se mudara a la tradicional residencia del prefecto de la Casa Pontificia para cedérsela a otro inquilino, una vez que ya había comenzado con la mudanza.La oficina de prensa de la Santa Sede informó el lunes de una reunión entre Francisco y Gänswein cuyo contenido no ha trascendido, pero algunas fuentes apuntan a que el pontífice ha pedido al secretario de Benedicto XVI discreción en los próximos días.El alemán, de 66 años, fue colaborador leal y secretario de Georg Ratzinger desde 2003 hasta su muerte el pasado 31 de diciembre.
El secretario personal del difunto pontífice emérito Benedicto XVI, Georg Gänswein, publica hoy un espinoso libro de memorias en el que no oculta algunas críticas al papa Francisco y que ha irritado dentro de los muros vaticanos.El libro, titulado "Nient'altro che la verità" (Nada más que la verdad, en español), destacado en el escaparate digital de la editorial Piemme, pretende contradecir las "maliciosas calumnias y oscuras maniobras que trataron en vano de arrojar sombras sobre el magisterio y las acciones del papa alemán", pero se ha convertido en un arma arrojadiza contra el pontificado del papa argentino.Tanto que este lunes, Francisco fijó una reunión con Gänswein de la que no se ha sabido el contenido, pero algunas fuentes apuntan a un decepcionado pontífice que ha pedido al histórico secretario de Benedicto XVI discreción en los próximos días. Un día antes Francisco avisaba en el Ángelus, desde la ventana del Palacio Apostólico, que "el chismorreo es un arma letal que mata, mata el amor, la sociedad y la hermandad", un mensaje interpretado como una supuesta reacción al libro del monseñor.Además, tras la muerte de Benedicto XVI, el futuro de su secretario está en vilo pues, sobre todo después de la publicación, es muy poco probable que el padre Georg regrese a su cargo de prefecto de la Casa Pontifica, una especie de jefe de protocolo. La opción podría ser asignarle una nunciatura, que salga del Vaticano para dar clases en una universidad católica en el extranjero o el regreso a su Alemania natal. En sus 336 páginas, Gänswein, secretario y leal colaborador de Ratzinger desde 2003 hasta su muerte el pasado 31 de diciembre, se concentra en la particularidad de la última década, la inusual convivencia de dos papas: Benedicto XVI, retirado desde su histórica renuncia en 2013 e ídolo del sector más conservador, y su sucesor, Francisco, centro de ataques del mismo.En este sentido, el arzobispo de 66 años confirma la existencia de estas supuestas corrientes, empleando curiosamente el término italiano 'tifoserie', como las hinchadas del fútbol.Entre otras muchas cosas, Gänswein reprocha a Francisco su caída en desgracia como prefecto de la Casa Pontificia, uno de los cargos más importantes de la Curia, pues el papa argentino le encargó cuidar de Ratzinger en su retiro en el monasterio vaticano de Mater Ecclesiae.Y asegura que el pontífice y teólogo alemán consideró un error el documento "Traditionis Custodes" con el que Francisco puso coto a las misas en latín, propias de tiempos previos al Concilio Vaticano II, soliviantando a los miembros más tradicionalistas de la Iglesia.Una reprimenda más clara ha llegado por parte del cardenal alemán Walter Kasper, próximo Ratzinger y respetado teólogo: "Habría sido mejor callarse. Ahora no es el momento de tales cosas", criticó en una reciente entrevista a "La Repubblica".El influyente cardenal Gerhard Muller, al que en 2017 Francisco quitó como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha reconocido que los conflictos en la Iglesia "siempre existieron pero en un clima de discreción y reparados por el papa".Muller aludió a la decisión de Pablo VI en 1968 de destituir al arzobispo de Bolonia (norte) Giacomo Lercaro tras una fractura de la Curia a cuenta de la guerra de Vietnam: "Su dimisión fue traumática pero no dijo nada. Aunque Lercaro no era Gänswein", reprochó.La presión también llegó desde los círculos católicos que en estos días han compartido una carta abierta escrita por un cura de la diócesis de Bérgamo (norte), Alberto Varinelli, en la que pide a Gänswein que "bloquee inmediatamente" la publicación del libro."Como bien sabe, ese texto es muy esperado por los sectores hostiles al papa reinante y, si habrá ataques a Francisco, hará mucho daño a la unidad de la Iglesia", avisa el sacerdote en su carte, publicada por el portal religioso "La barca e il mare". Entre todo este revuelo, Gänswein intento en el último evitar la publicación de las memorias, según publica el diario católico alemán Die Tagespost. Aunque ya era tarde. "Toda esta situación ha sido utilizada por los grupos que nunca aceptaron al actual pontífice", resumió el cardenal jesuita italiano Gianfranco Ghirlanda, en un debate con Muller en la Sociedad Dante Alighieri de Roma. Le puede interesar: 'Los cuentos de Mabel Cartagena'
A las 10:00 de la mañana inició la eucaristía por el descanso eterno del papa emérito Benedicto XVI. Durante la homilía en la Catedral Primada de Bogotá, el nuncio apostólico del papa Francisco en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, destacó su labor en contra de casos de abuso sexual dentro de la Iglesia.“Afrontó con valentía y decisión como papa, dos grandes escándalos que han golpeado gravemente la reputación de la Iglesia y su labor pastoral. El abuso de menores y la falta de transparencia administrativa”, resaltó. Sobre la incertidumbre que hay por el reciente anuncio del papa Francisco de su posible retiro ante sus quebrantos de salud, el monseñor Octavio Ruiz, arzobispo colombiano que fue nombrado por Benedicto XVI como secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, aseguró que ya será una decisión propia del papa.“Ya eso depende directamente del santo padre. El papa Benedicto ha dado un ejemplo de gran humildad y de una valentía enorme de renunciar al poder, de no querer aparecer ante los demás con ese poderío que le podría dar la jurisdicción que tenía”, dijo.Hay que decir que más de 300 fieles católicos se reunieron este jueves para orar en acción de gracias. Uno de ellos fue Wilson Emerson.“Un hombre que sigue animándonos a cultivar la fe y si él fue capaz de hacer muchas cosas por este mundo, por la fe en Dios, mucho más nosotros podremos hacer por el prójimo por la fe y la caridad”, manifestó.Vale recordar que el funeral comenzó este jueves hacia las 3:30 de la madrugada, hora colombiana, y las exequias fueron dirigidas por el papa Francisco en la plaza de San Pedro.
Los restos del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado sábado a los 95 años, ya reposan en la cripta de la basílica de San Pedro del Vaticano, tras un entierro que culminó los cinco días de exequias por su muerte.Los restos del emérito reposan en la que hasta 2011 fue tumba de Juan Pablo II y, como manda la tradición, lo hacen en un féretro triple: uno en madera de ciprés, introducido en uno segundo de zinc y sellado y revestido todo en uno tercero en olmo barnizado.El cuerpo de Benedicto XVI fue expuesto entre el lunes y ayer en una capilla ardiente en la basílica vaticana, por la que pasaron casi 200.000 files y sus restos fueron introducidos en la tarde del miércoles en la primera caja, revestida en su interior de terciopelo carmesí.Vestía los paramentos pontificios, como la túnica o el manto rojo (color del luto papal), aunque sin el palio, símbolo de jurisdicción pontificia, ya que renunció, mientras que su rostro fue cubierto por un pañuelo de seda blanca y en sus manos se dejó un rosario.El legado de Benedicto XVIPara Hernán Olano, vaticanista y nobiliarista colombo-español, rector de la Institución Universitaria Colegios de Colombia, el legado del papa Benedicto XVI consta de tres encíclicas: la esperanza de la salvación, Dios es amor y el sacramento del amor.“En ellas, el papa reseña lo que lo caracterizó: la razón y la fe y la fe razonada. De igual forma, la lucha contra la secularización, la dialéctica en torno a lo que debería ser el significado como tal de la Iglesia actual y hacia el futuro. Con el mapa de sus ideas podemos ver que el legado de Benedicto es grande para analizar”, sostuvo Olano.“Benedicto VXI fue el Mozart de la teología”, enfatizó.
Con la poderosa imagen de Francisco posando sus manos sobre el féretro de su predecesor, Benedicto XVI, tras el funeral concluye la "época de los dos papas", en la que después de un primer momento de sorpresa se consiguió un importante equilibrio entre las dos áreas de la Iglesia, una más progresista y la otra conservadora. Ahora, tras la muerte del emérito, se abre una nueva fase del pontificado.Francisco siempre apreció la presencia de Benedicto XVI, que "en silencio todos estos años sostuvo la Iglesia", que era como "un abuelo en casa" y que cuando los miembros del ala más conservadora intentaron "utilizar" al papa emérito contra Jorge Bergoglio, fue el mismo Joseph Raztinger quien los frenó."La contingencia histórica que ha visto coexistir a dos sucesores de Pedro al mismo tiempo ha configurado una situación institucional inédita para la Iglesia, que también puede ser delicada. Tal vez alguien pensó en aprovecharse de ello, y tal vez incluso trató de sembrar la confusión. Pero no tuvo éxito en su intento...", resume el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, en una entrevista publicada hoy por el diario "Corriere della Sera".Para Massimo Franco, gran estudioso del papa emérito, periodista y autor de "Il Monasterio", sobre esta inédita convivencia, el "inicio de la segunda fase del papado de Francisco" ha comenzado ahora, con las palabras del histórico secretario del emérito, monseñor Georg Gänswein, en una entrevista con el diario alemán "Die Tagespost".La "tregua" de estos años parece romperse cuando el que fue el hombre más cercano a Joseph Ratzinger habla en este medio de un "punto de inflexión" en las relaciones con Jorge Mario Bergoglio en 2021: el año en que Francisco puso varios obstáculos para la celebración de la misa con el rito en latín, anterior al Concilio Vaticano II. Para celebrar la misa "tridentina" era necesario pedir permiso al obispo.Eso supuso para el emérito "un dolor en el corazón", aseguró Gänswein, cuyas palabras han tenido una importante repercusión en los medios italianos."Y ahora que Benedicto ha muerto, uno se pregunta si está a punto de comenzar una temporada de confrontación más dura entre los diversos sectores de la Iglesia, de abierta crítica a algunas elecciones del pontífice argentino y de enfrentamiento final con don Jorge", quizás también utilizando su última entrevista con el diario alemán, añade Franco hoy en "Corriere della Sera".Franco había adelantado en una entrevista a EFE que "ahora que no está Benedicto se multiplicarán los rumores de dimisión y las maniobras para preparar el próximo cónclave".El diario "La Repubblica" argumenta que "para los círculos conservadores y tradicionalistas, la personalidad de Joseph Ratzinger se ha mantenido como un baluarte para frenar las propuestas de Bergoglio" y "ahora se sienten huérfanos", pero también más libres.Incluso "Il Messaggero", el único diario que lee el papa Francisco, titula hoy que la "guerra de las corrientes ya ha empezado"."Una vez concluido el entierro del apacible Benedicto XVI en las Grutas vaticanas, hay quienes en el Vaticano prevén que comenzarán los problemas para el papa Francisco, porque el mayor riesgo ahora será el de encontrarse frente a frente con una Iglesia menos compacta, atravesada por microfracturas, con cismas más o menos progresivos", añade.Los dos ejemplos claros en esta nueva batalla entre facciones son el de la iglesia alemana, donde el proceso sinodal iniciado hace tres años por los obispos se está convirtiendo en movimiento revolucionario que espera que Francisco acabe con el celibato de los sacerdotes o apruebe la ordenación de mujeres, así como la introducción de la bendición de las parejas homosexuales.En el lado contrario, el sector conservador toma fuerza en Estados Unidos, donde el "New York Times" se hizo eco de la oposición a Francisco con un artículo titulado "Para los católicos conservadores en los Estados Unidos, la muerte del papa Benedicto es la pérdida de un héroe".
Cerca de 50.000 personas asistieron este jueves al funeral del papa emérito, Benedicto XVI, una cifra por debajo de las primeras estimaciones, según los datos facilitados por la gendarmería vaticana.La jefatura de policía de la capital italiana estimó incluso el miércoles la llegada de cerca 100.000 personas a la plaza de San Pedro, después de que durante los tres días de capilla ardiente acudiesen cerca de 200.000 visitantes a la basílica para dar el último adiós al papa que renunció en 2013.No se vivieron las aglomeraciones de otros funerales pontificios, como los del papa Juan Pablo II, al que asistieron cerca de 200.000 fieles.Ya desde las 6.00 de la mañana (5.00 GMT) se empezó a permitir el acceso a la plaza de San Pedro para los fieles, que lenta y ordenadamente comenzaron a tomar asiento pues no se repartieron entradas para esta ocasión, sino que sólo hacía falta ponerse en la fila para entrar en el recinto.Para acceder a la plaza de San Pedro era necesario pasar controles y un detector de metales y se cerró al tráfico y retirado todos los vehículos aparcados de las calles adyacentes al Vaticano.Según el plan de seguridad aprobado por la Policía de la capital italiana se cerró el espacio aéreo en toda la zona y se han puesto a disposición helicópteros, francotiradores, cuerpos especiales, incluidos los de lucha contra el terrorismo, bomberos, y la policía municipal. En total habrá más de 1.000 agentes empleados.A pesar del funeral, en el Vaticano no se ha declarado día de luto y todo pertenecerá abierto, incluido por ejemplo los Museos Vaticanos, al no ser Benedicto XVI papa "reinante" desde 2013 cuando presentó su renuncia al pontificado, los trabajadores de la Santa Sede pudieron pedir permiso para acudir o escuchar la misa.
En un hecho de intolerancia, en el barrio Lleras Camargo, oriente de la ciudad de Cali, en el departamento del Valle del Cauca, un hombre, aparentemente en estado de embriaguez, disparó contra sus familiares, dejando a una persona muerta y a dos más heridas.Según el reporte de las autoridades de la ciudad, una patrulla del sector escuchó los disparos y acudió al sitio. El hombre, al verse acorralado por miembros de la Policía, decidió quitarse la vida.Las investigaciones de la Policía Metropolitana de Cali pudieron determinar que este caso de intolerancia estaría relacionado con una herencia familiar.El hombre que cometió el homicidio no habría sido incluido en esta herencia, por lo que decidió atentar con su familia.Las autoridades no han revelado la identificación de las víctimas, por lo que se está a la espera que, en las próximas horas, den un reporte del estado de salud de las dos personas que resultaron heridas.Le puede interesar este contenido de Blu Radio en YouTube:
En Bogotá los hechos de violencia se siguen registrando en todos los sectores de la ciudad. Uno de los más recientes se presentó en la localidad de Fontibón el pasado domingo, 19 de marzo.Sobre las 5:50 horas de la madrugada, mientras uniformados de la Policía Nacional llevaban a cabo labores de patrullaje, se percataron del cuerpo de una persona tendida en la vía pública. Al llegar al lugar de los hechos se retira dos habitantes de calle que se encontraban en el sitio posteriormente los policías realizan una verificación del sector donde se pudo evidenciar un ciudadano tirado en la zona y procedieron a revisarlo y lo encontraron sin signos vitales.El hombre que al parecer, tenía heridas de arma blanca, no ha sido identificado. Al lugar llegaron las unidades de criminalística para realizar el levantamiento del cuerpo y se iniciaron las investigaciones del hecho para dar con los responsables y los móviles del hecho violento.
El fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, anunció que investigará al hijo mayor del presidente Gustavo Petro, Nicolás, por presunto lavado de activos.En desarrollo.Le puede interesar:
Este martes, el canciller Álvaro Leyva aclaró que las críticas por sus recientes declaraciones, en las que afirmó que “como indígena ya habría quemado al país”, fueron malinterpretadas y utilizadas en un contexto alejado de lo que él quiso expresar. “Yo no voy a incendiar el país, por Dios, yo no he hecho sino apagar incendios, salvar vidas, yo no era alguien al que se le llamaba para recibir secuestrados, yo iba y buscaba a la gente”, dijo Leyva.El canciller advirtió que ha dedicado su vida al servicio del país y que la frase que causó polémica fue una interpretación histórica, una expresión de la frustración que se hubiera generado si en la Constitución del 91 y en los últimos años no se hubieran reconocido muchos derechos en Colombia.Cabe recordar que el pasado jueves, 16 de marzo, el canciller afirmó desde Bélgica, en donde participó en un diálogo sobre la paz total en Colombia, con funcionarios de la Comisión Europea y representantes de la sociedad civil, que si él fuera indígena, habría quemado al país, pues cuestionó que estas comunidades tuvieran derechos de ciudadanos solo hasta 1991.“No se entiende como las mingas hoy, las famosas marchas, estoy enterado que ustedes conocen, se pueden tomar como actos de subversión, yo como indígena ya habría quemado el país”, manifestó.Además, el canciller aseveró que a las comunidades indígenas se les debería hacer un reconocimiento, pues estuvieron, directa e indirectamente, en una situación de esclavitud hasta hace poco.Dichas declaraciones causaron gran controversia en varios sectores de la sociedad colombiana, que calificaron sus declaraciones como una incitación a la violencia.Además, en dicho encuentro, el canciller se refirió también al proceso de paz total y a las conversaciones con las disidencias de las Farc, advirtió que con cada grupo se debe tener un proceso diferente y reiteró la teoría del entrampamiento a firmantes del acuerdo de paz. Por otro lado, cuestionó también a la JEP por no haber señalado la supuesta responsabilidad de Néstor Humberto Martínez.“Y el proceso con los entrampados, porque hubo entrampamiento, lo dijo tácitamente la JEP, pero le faltó lo que se requiere (…) yo lo puedo decir aquí y si quieren publíquenlo: yo le pregunté al presidente de la JEP y me dijo que Néstor Humberto Martínez”, puntualizó.