"Cinismo sin límites": editorial de Ley del Montes
Editorial de Óscar Montes en Vive Barranquilla.
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Mientras el ELN hace saber al Gobierno Nacional que la liberación de quienes están secuestrados en su poder no puede ser una condición para sentarse a negociar, el jefe de finanzas del Bloque Oriental de las Farc, alias El loco Iván, hace llegar un video a una presunta víctima de chantaje a la que le dice que tendría “inconvenientes muy serios”, si se niega a pagar “el impuesto que le cobramos por la paz”.
En el video –reconocido como legítimo por voceros del Ejército Nacional- El loco Iván afirma con absoluto cinismo que “nosotros estamos dialogando en La Habana, pero eso no quiere decir que el impuesto que cobramos para la paz se haya parado”. A renglón seguido dice a la víctima que conoce muy bien el listado de sus propiedades y que lo mejor que puede hacer es pagarles el “impuesto” exigido.
Los dos hechos –los más recientes de una larga cadena de desaciertos por parte de las Farc y el ELN- prueban que los jefes de esas organizaciones guerrilleras siguen sin entender la real trascendencia de una negociación de paz con el Gobierno, pues para que ella sea efectiva lo primero que debe haber es una convicción íntima de abandonar las armas, iniciar un proceso de reconciliación con todas las víctimas y asumir un compromiso político que les permita alcanzar por la vía de las ideas lo que no pudieron lograr con las armas.
Esa convicción íntima sigue sin aparecer. Ni alias El Loco Iván ni los jefes del ELN parecen entender que la extorsión y el secuestro son prácticas criminales que ningún gobierno puede aceptar a cambio de sacar adelante una negociación.
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Hace bien el presidente Juan Manuel Santos en rechazar la declaración del ELN y harían muy bien los delegados de las Farc en La Habana en desautorizar a su subalterno alias El loco Iván, pues pretender disfrazar la extorsión como un impuesto es una desfachatez que nadie en Colombia podría tolerar. Nadie que se encuentre en sus cabales, por supuesto.