El vehículo cargado con 80 kilos de explosivos que arrebató la vida de 20 jóvenes oficiales habría paseado como Pedro por su casa en la Escuela de Cadetes General Santander. Evidentemente, como ha dicho el ministro de Defensa, Guillermo Botero, no se puede trasladar la culpa a la Policía ni revictimizar. Sin embargo, es pertinente revisar lo sucedido para corregir y evitar que los terroristas se vuelvan a salir con la suya.
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