Crisis fiscal del Estado no puede llevar a la parálisis del Congreso
Esa compleja coyuntura ha llevado al Gobierno nacional a tomar medidas drásticas, apretándose el cinturón por medio del recorte de gastos para la gran mayoría de ministerios.
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La situación fiscal del país pasa por un momento difícil, como consecuencia del bajo recaudo de impuestos por parte de la DIAN y por las decisiones de la Corte Constitucional que tumbó varios artículos de la primera reforma tributaria del presidente Gustavo Petro.
Esa compleja coyuntura ha llevado al Gobierno nacional a tomar medidas drásticas, apretándose el cinturón por medio del recorte de gastos para la gran mayoría de ministerios y entidades gubernamentales, con el fin de poder cumplir con el presupuesto que se había aprobado para este año.
Sin embargo, el recorte ha resultado insuficiente para tapar el “hueco” fiscal que afrontan las finanzas públicas, por lo que el ministerio de Hacienda ha tenido que tomar medidas adicionales, entre ellas, ampliar el recorte presupuestal a otras ramas del poder público, independientes por supuesto, de la rama ejecutiva.
Esas decisiones ya comienzan a tener consecuencias serias: el Congreso de la República está ad portas de tener que paralizar sus actividades porque el Gobierno no ha girado los recursos necesarios para su funcionamiento, como lo denunció su presidente, Efraín Cepeda, quien advirtió que no tiene presupuesto ni siquiera para publicar los proyectos de ley presentados por los Senadores, lo cual en la práctica implica la inminente parálisis de la rama legislativa.
Una situación similar viven los partidos políticos, que de acuerdo con los informes más recientes, tampoco han recibido el giro que debe hacerles el ministerio de Hacienda para cubrir sus gastos de funcionamiento.
Mientras tanto, el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla anunció que necesariamente habrá un sensible incremento en el precio del galón de ACPM, combustible utilizado mayoritariamente por los transportadores de carga. Bonilla advirtió que esa decisión, aunque impopular, no es negociable.
La difícil coyuntura económica que afronta el país se complementa con el anuncio de una nueva reforma tributaria que sería presentada por el gobierno en las próximas semanas ante el Congreso de la República, en medio de la polémica por la idea de un posible incremento del impuesto a las transacciones bancarias del 4 por mil al 5 por mil, idea desmentida por el Presidente Petro y por su ministro de Hacienda, pero que está en un borrador de la reforma, aparentemente redactado por uno de los asesores del despacho del Ministro.
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En cualquier caso, la situación fiscal del país necesita medidas de urgencia, toda vez que entre otras cosas, el presupuesto para 2025 está desfinanciado en 12 billones de pesos, según advierte la Contraloría.