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Desgobierno de la dictadura de Maduro, reto continental: opinión de Ricardo Ospina

Maduro pasó de ser un presidente incompetente y populista, cuyo principal mérito había sido ser un fiel escudero de Hugo Chávez, a transformarse en un sátrapa.

315698_BLU Radio. Nicolás Maduro / Foto: AFP.
BLU Radio. Nicolás Maduro / Foto: AFP.
La crítica situación que afronta Venezuela por cuenta del desgobierno que lleva consigo la dictadura de Nicolás Maduro, es un problema creciente para Colombia y en general para todo el continente. 
 
Todos los sectores políticos opositores venezolanos, integrantes de las Fuerzas Armadas de ese país y la comunidad internacional, llevan años buscando salidas a la crisis, que ya ha llevado a que más de 5 millones y medio de personas hayan salido de Venezuela y a que entre otras cosas la inflación pueda superar este año el 12 mil por ciento, sumado todo esto al hambre, a la miseria, a la inseguridad y a la falta de agua y de luz.
 
De manera dolorosa y ante la mirada impasible de la comunidad internacional, Maduro pasó de ser un presidente incompetente y populista, cuyo principal mérito había sido ser un fiel escudero de Hugo Chávez, a transformarse en un sátrapa, que se dedicó a cerrar los espacios democráticos a la oposición, cerró la Asamblea Nacional, creó una parafiscalía, se tomó el Tribunal Supremo de Justicia y delegó altísimas responsabilidades estatales en una camarilla de militares de alto rango, muchos de ellos con manchas por corrupción y narcotráfico, que hoy manejan las finanzas y el precario aparato productivo venezolano.
 
Durante 7 largos años, que coincidieron con el proceso de paz con las Farc, el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos prefirió mirar hacia otro lado y evitó tomar el toro por los cuernos y denunciar la erosión de la democracia venezolana, en un proceso paulatino de deterioro que inició Hugo Chávez. 
 
El último año de mandato de Santos estuvo marcado por escaramuzas, cierres de frontera y algunos episodios que sirvieron para que las fuerzas armadas de los dos países tímidamente se mostraran los dientes.
 
Pero lo que hoy está sucediendo preocupa, por los mensajes del gobierno Duque, de varios actores importantes de la comunidad internacional y ante la imparable llegada de venezolanos al país y a la región,

Solo en Colombia el número ya supera de lejos el millón de personas.

Vea también: Almagro anuncia visita a Colombia para iniciar trabajo sobre crisis venezolana


 
En menos de una semana las declaraciones del secretario de la OEA Luis Almagro, del embajador de Estados Unidos, Kevin Whitaker, del embajador de Colombia ante la Casa Blanca Francisco Santos y hasta la decisión de Colombia de no suscribir un comunicado del Grupo de Lima rechazando la vía armada como una solución a la crisis venezolana, han sembrado dudas sobre si podría estar o no en marcha una incursión militar multinacional para derrocar al régimen de Maduro.
 
Solamente el presidente Iván Duque mantiene en su discurso de manera clara la puerta cerrada a cualquier incursión armada o a una salida no democrática a la crisis en Venezuela.
 
La situación es sin duda límite, estamos en el punto de inflexión de la historia del pueblo venezolano, y eso amerita cabeza fría del gobierno colombiano, requiere actuar con inteligencia, de manera práctica, teniendo en cuenta las nefastas consecuencias que traería un enfrentamiento bélico entre hermanos y, claro, no solo comparar nuestra fuerza de respuesta con la venezolana sino también entender que una chispa que se llegara a encender entre los dos países, podría incendiar a toda la región.

Escuche la columna de opinión: 

 

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