La indignación de Isabella Wills ante las marchas de Fecode: opinión del padre Linero
La avalancha de críticas, tras las declaraciones de la joven, la convirtieron en tendencia número uno en las redes colombianas.
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Vale la pena recordar que la manifestación pacífica es uno de los indicadores que evidencia el grado de respeto de un Estado frente a los derechos humanos, así como la fortaleza de sus instituciones democráticas para prevenir abusos contra los ciudadanos.
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Lamento que la discusión quede en las burlas y en las ofensas de las redes, que no se genere un debate serio sobre las visiones de Estado que chocan en estas posiciones. No se trata de simples expresiones incendiarias que buscan ridiculizar al otro, sino de entender que para poder convivir como auténticos ciudadanos, es necesario entender y respetar los derechos de todos.
Tenemos que escucharnos y tratar de entendernos en medio de las diferencias.
Dejo en claro algo: aunque en algunos casos no marcho, porque considero que esas reclamaciones no representan mi manera de entender la sociedad, sí soy solidario con las marchas como un ejercicio que evidencia el grado de empatía social con los reclamos de colectivos que pueden o no ser afines a los míos.
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