Los nubarrones que se posan sobre los acuerdos de paz: editorial Ricardo Ospina
Luego de haber logrado el acuerdo del Teatro Colón, son varios los inconvenientes que ha presentado la implementación de lo pactado entre el Gobierno y las Farc.
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A pesar de la relevancia que es indudable en torno a lo que está pasando hoy en la implementación del acuerdo de paz con las Farc, que nos tiene en el escenario de la expectativa por el registro y la entrega de su armamento y paulatinamente con el cumplimiento de una de las exigencias más perentorias de la sociedad colombiana como es la evolución de los menores de edad, la verdad es que los nubarrones se mantienen sobre el futuro del país tras la firma del acuerdo del Teatro Colón.
Si bien se trata de permitir que 6.900 guerrilleros y otro número similar de milicianos abandonen las armas tras 52 años de guerra y muerte, la verdad monda y lironda es que a medida que pasan los días y no se cumple con lo acordado desde el Estado, crece el riesgo de que las deserciones, que en palabras del jefe de la misión de la ONU para este proceso, Jean Arnault, hoy son un goteo, puedan pasar a ser una hemorragia que dé al traste con este esfuerzo de paz.
Veamos: no ha comenzado a aplicarse en firme y de manera masiva el decreto que permitirá amnistías e indultos a los guerrilleros que no hayan cometido delitos graves, apenas, esta semana se tendrá el debate en plenaria de la muy controvertida jurisdicción especial de paz, y en cuanto a los planes para las comunidades en las zonas de influencia de las Farc o los proyectos productivos y otros que permitan seguridad alimentaria, hoy están casi en ceros, según dice la propia guerrilla.
Ahora, persisten los líos en algunas zonas veredales y se habla de una parálisis en la construcción de las instalaciones por supuestas peticiones de tipo personalizado de guerrilleros de las Farc...
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Hoy hay dos puntos cruciales en juego, más allá de lo que está pasando en el Senado y trascendiendo lo logístico: en términos reales, la entrega de armas de las Farc, que según reveló en El Radar de Blu Radio el alto comisionado de paz Sergio Jaramillo serían entre otros cerca de seis mil fusiles, no ha comenzado, simplemente porque apenas avanza el registro, en el mejor de los casos, y porque en palabras de Iván Márquez, requieren de mayores avances para darles seguridad jurídica, alimentaria y de otra índole para comenzar este proceso de manera masiva.
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El otro punto es la entrega de los niños que estaban en las filas de las Farc, que después de un retraso de dos años, finalmente parece haber iniciado en firme este fin de semana en Remedios, Antioquia.
A esto se le puede agregar la presión internacional por el aumento exponencial de los cultivos ilícitos en zonas de influencia de las Farc y tenemos que ser conscientes que es absolutamente real que lo importante no era la firma del acuerdo sino lo que hoy estamos viviendo, que es realmente muy complejo y requiere un impulso de todos, si queremos que los nubarrones no terminen inundando esta oportunidad única de paz.