Los últimos hechos del caso Merlano: la electa senadora acusada de comprar votos
Obtuvo 73.250 votos en las pasadas elecciones del 11 de marzo.
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El caso de la suspendida representante a la Cámara por Atlántico Aida Merlano tiene todos los elementos para convertirse en el primero que es investigado al amparo de la nueva ley que castiga penalmente los delitos electorales.
El escándalo que se ha originado en torno al nombre de esta mujer de 36 años de edad, que comenzó su carrera política de la mano de los hermanos Julio y Roberto Gerlein, parece ser apenas el comienzo de una serie de irregularidades que se habrían fraguado antes y durante la jornada electoral del domingo anterior.
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Y aunque ni ella ni los hermanos Gerlein han aparecido para poner la cara y dar explicaciones al país, ya la justicia avanza para determinar si hubo responsabilidades penales y disciplinarias de Merlano, quien obtuvo el pasado 11 de marzo 73 mil votos.
La primera en pronunciarse fue la Procuraduría, que no solo suspendió de su cargo como representante a la Cámara por tres meses a Aida Merlano, sino que le pidió al Comité de Ética del Partido Conservador que hiciera lo propio, algo que sucedió al final de la tarde.
Pero la almendra del asunto fue la última de las peticiones del procurador Fernando Carrillo, quien le pidió al Consejo Nacional Electoral que no le entregue la credencial de senadora a Merlano, teniendo en cuenta el grave escándalo que se presentó.
El Gobierno lamentó lo sucedido y dijo que, si Merlano es capturada en caso de que así lo determine la Corte Suprema de Justicia, debe operar la silla vacía, es decir, que el Partido Conservador perderá esa curul como sanción por el delito electoral cometido presuntamente por la congresista.
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Hoy lo que debe preguntarse el país, más allá del bochornoso caso de Aida Merlano, en cuántos casos actualmente la política sigue con los mismos vicios de siempre, en donde vale más comprar un voto que la conciencia de las personas.
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