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Me asusta perder la memoria; constantemente hago ejercicios para no olvidar nada de lo que sé y soy

Tendríamos que hacer los mismos ejercicios de memoria colectiva para no olvidar lo que sucedió, ni a quienes lo hicieron, y que las lecciones vividas nos preparen para crecer.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: cortesía

La recuerdo como alguien que vivía en el instante presente. Todo lo de su pasado se le había borrado. A veces no sabía quién era, ni quienes eran sus hijos ni dónde estaba. Su situación siempre me impactó porque había olvidado todos los libros leídos, los poemas que declamaba con histrionismo, las canciones que cantaba emocionada y los conocimientos que la habían hecho ser una destacada maestra en nuestra ciudad. No tenía memoria.

Desde esa experiencia con la seño Sarita en mi barrio, me asusta perder la memoria. Por eso constantemente hago ejercicios para no olvidar nada de lo que sé y soy. También me asusta la manera como nosotros los colombianosolvidamos el pasado. Es como si estuviéramos acostumbrados a que todo lo vivido, que a veces nos ha hecho mucho daño, se lo trague el olvido y nos preparara para que se repitiera.

Tendríamos que hacer los mismos ejercicios de memoria colectiva para no olvidar lo que sucedió, ni a quienes lo hicieron, y que las lecciones vividas nos preparen para crecer. Somos realmente sanos cuando perdonamos, es decir, cuando recuperamos la paz interior perdida, pero sin olvidar, ya que quien no tiene memoria no sabe quién es.
Hoy cuando se conmemora el Día Internacional de los Archivos, para promover su importancia ligada a la investigación y el resguardo de la memoria histórica y cultural de las organizaciones, y también promover el acceso de la información pública, fomentando la transparencia, quisiera llamar la atención en la necesidad de estar atentos a nuestra historia, a los relatos que nos expresan y nos dicen, para no dejarla perder y encontrar en ella rutas para el futuro.

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En la comunidad eudista se tenía la costumbre de escribir un relato biográfico de los hermanos que morían, esto como un signo de recuerdo y de agradecimiento. Mi miedo a la pérdida de la memoria colectiva y personal me hizo realizar dos: uno sobre un compañero que murió joven, y otro de un maestro; a veces quisiera escribir algunos más. Ojalá valoremos los archivos, hoy que es más fácil conservarlos y acceder a ellos gracias a la tecnología.

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