Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

Publicidad

Nariño: entre la trampa de pobreza y la economía encubierta

El ingreso anual por habitante de Nariño es de 2.500 dólares. En contraste, el agua de los acueductos es de alto riesgo para el consumo humano.

294001_Tumaco - AFP
Tumaco - AFP
HO/AFP

El ingreso anual por habitante de Nariño es de 2.500 dólares, similar al de Laos y Yemen, a pesar de que ocupa el primer puesto con el mayor número de productores de varios tubérculos, de banano, durazno, fresa y lulo y también de especies animales menores. Cuenta con 45 mil predios de ganado bovino, está entre las cinco cuencas lecheras más importantes del país y ocupa el segundo puesto como productor de papa, yuca, cacao, papaya y cereales como avena y quinua. No obstante, el 85,7% de las Unidades Productivas son menores de 5 hectáreas, ocupan apenas el 7% del área de la superficie total rural y tienen un tamaño promedio menor a una hectárea. Muchas de ellas, 37.429 de las más de 218.000, son caficultoras. Vale añadir que este departamento es el número uno en mujeres productoras rurales.

 

A pesar de lo anterior, de la gran proporción de la población económica activa dedicada a la agricultura, la construcción es el sector con mayor participación en el PIB, con casi el 13%. En efecto, en términos de vivienda, es el 3% de la construcción en Colombia y en unifamiliares, el segundo más constructor después de Manizales. Entre 2014 y 2015, el área de licencia creció casi el doble para las viviendas VIS y un 50% para las No VIS. Sin embargo, en Pasto el crédito para ese último tipo de edificación solo subió 1,5%, con lo cual el 70% de este tipo se construye sin crédito, sin ninguna clase de préstamo oficial. Contra lo que se podría suponer, por encontrarse en zona de frontera, allí se origina apenas el 0,2% de las exportaciones de Colombia como consecuencia del peso tan exiguo de los demás sectores económicos en la producción, fuera de los ya mencionados. Y en la relación comercial externa, tuvo incluso una balanza negativa de 72,6 millones de dólares en 2015.

 

Publicidad

Le puede interesar:En Guaviare puede repetirse una masacre como la de Tumaco: alcalde de El Retorno.

 

Publicidad

A contramano, cubre el 6,7% de la producción nacional de oro, principalmente en la Región Pacífico, la misma donde están ubicadas las mayores extensiones del cultivo de hoja de coca, de las 43 mil existentes en Nariño, con más de 510 millones de matas sembradas, lo que lo hace el primer productor de este género en el país. Todo lo anterior, en el marco de un desempleo que nunca ha bajado a un dígito y de una informalidad laboral superior al 50%.

 

Toda la zona fronteriza, la del Pacífico y la de la ex provincia de Obando, tiene 460 mil personas. En la primera, el 85% son afrodescendientes y en la segunda hay algunos municipios donde los indígenas pastos alcanzan una proporción similar. Persisten en ambas altos índices de mortalidad infantil y mortalidad materna, aun cuando en la primera la principal causa de muerte son los homicidios y la enfermedad infantil evitable; en la segunda, las cardiovasculares y cerebrovasculares. En todos estos municipios, incluyendo Ipiales y Tumaco, el agua de los acueductos es de alto riesgo para el consumo humano y sus comunidades étnicas registran indicadores superiores de desnutrición global, como también falta de acceso a los servicios de salud, por razones geográficas y económicas. Todo lo anterior, combinado con violencia, desplazamiento y minas antipersonales.

 

Publicidad

Para rematar, a pesar de su potencial agrícola, Nariño fue de los departamentos que más sufrieron por el alto precio de los alimentos en la reciente ola alcista; estos, más la vivienda, el transporte y los combustibles suman el 90% del IPC en la región.

 

Publicidad

Del recuento anterior puede inferirse que la combinación entre trampa de pobreza y economía encubierta parece explicar, no dos sendas de crecimiento diferente, sino complementarias. En un departamento con un porvenir tan incierto, el gobierno del presidente Santos, como la panacea, decide reforzar en más de nueve mil unidades la fuerza pública. Se pensaría que el primer mandatario se esfuerza más por obedecer órdenes foráneas que por dar solución a las deplorables realidades estructurales de Nariño.

 

  • Publicidad