Opinión: ojalá la idea de una Constituyente no termine distrayéndonos de los problemas reales

Ojalá el desgaste que significa la discusión de una hipotética e improbable Constituyente no termine distrayendo a la opinión pública de los asuntos realmente importantes como la solución a los problemas que apremian a los colombianos y la necesidad de conocer la verdad sobre el escándalo de corrupción de la UNGRD

La Constituyente del presidente Gustavo Petro está cada vez más enredada entre justificaciones calificadas como absurdas por los expertos, escenarios políticos improbables ante la baja popularidad del Gobierno y tras la confesión de sectores petristas radicales que admitieron que buscarán que Petro se reelija en el 2026 y permanezca más años en el poder.

El excomisionado de Paz Sergio Jaramillo fue una de las voces que en las últimas horas desmintieron la teoría del presidente Gustavo Petro y de su excanciller Álvaro Leyva, quienes argumentan que hay una “ventana” para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente en los acuerdos de paz alcanzados con la extinta guerrilla de las Farc.

Jaramillo dijo que Leyva sustenta su teoría en un único párrafo del preámbulo del acuerdo del Teatro Colón, en donde se habla de la necesidad de un Acuerdo Nacional para sustentar el pacto y recordó que sobre ese particular tuvo discusiones en La Habana con el hoy excanciller, que en algunas oportunidades ejerció como negociador de las Farc.

El presidente Petro, a propósito, en un mensaje en la red social X con la desactivación de comentarios por parte de otros usuarios, le respondió a Sergio Jaramillo y no solamente le pidió al Congreso que tramite la convocatoria a una Asamblea Constituyente o si no, dijo “el poder constituyente tarde que temprano, lo hará”.

Y luego entre muchas otras cosas volvió a introducir en la discusión un viejo tema de su campaña presidencial y que parecía olvidado: el presidente apela a la necesidad de convocar lo que él denomina “poder constituyente” para llegar a un “perdón social general”, concepto que no explica en detalle pero que en el pasado generó ruido al haberse asociado al Pacto de La Picota, o las visitas de Danilo Rueda y su hermano Juan Fernando Petro a las cárceles del país.

Entre otras cosas, queda la duda sobre si bajo el concepto de “perdón social general”, estaría incluida una figura de amnistía o de indulto o si se plantearía una suerte de “borrón y cuenta nueva” que buscaría el respaldo de sectores políticos opositores, por ejemplo, en caso de que se llegara a incluir eventualmente el proceso penal contra el expresidente Álvaro Uribe, quien a propósito en las últimas horas recusó al fiscal que está acusándolo ante la justicia.

Para completar el enredo, la senadora del Pacto Histórico Isabel Cristina Zuleta reconoció que hay un sector de su partido que está interesado en buscar la reelección del presidente Gustavo Petro y confesó que buscan la vía para intentar materializar esa idea, que hoy está prohibida constitucionalmente en Colombia.

Ojalá el desgaste que significa para el país la discusión de una hipotética e improbable Asamblea Nacional Constituyente no termine distrayendo a la opinión pública de los asuntos realmente importantes como la solución a los múltiples problemas que apremian a los colombianos y la necesidad de conocer la verdad sobre el escándalo de corrupción por medio de la presunta compra del voto de varios congresistas por parte del Gobierno, para intentar sacar adelante sus iniciativas en el Legislativo.